El conflicto comenzó en la interpelación al ministro de ganadería Luis Alfredo Fratti por parte del senador blanco Sebastián Da Silva el miércoles 13 de agosto.
El senador Nicolás Viera (MPP – Frente Amplio) cuestionó el estilo de Da Silva, acusándolo de llevar la interpelación «al barro» con un tono irrespetuoso, y de haber recomendado públicamente invertir en Conexión Ganadera, una empresa vinculada a una mega estafa.
Concretamente Viera acusó de estafador a Da Silva.
Este último, visiblemente ofendido, respondió con la frase “puto de mierda” dirigida a Viera, según consta en la transmisión oficial y reportes de prensa.
Viera denunció el insulto como un “delito de odio homofóbico”, señalando que en Uruguay está penado y que no aceptará disculpas, ya que considera el acto grave y parte de una conducta sistemática.
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Viera amenazó a Da Silva con acciones políticas, como pedir la suspensión del senador blanco en el Senado, y legales como una denuncia penal.
Las disculpas
Por su parte, Da Silva pidió disculpas públicas en redes sociales y en entrevistas, aunque justificó su reacción por sentirse acusado de estar vinculado a la estafa de Conexión Ganadera, lo que calificó como una “difamación”.
Negó haber sido parte de la estafa y lamentó el impacto del episodio en su familia.
El Frente Amplio analiza sanciones políticas, mientras que las bancadas del Partido Nacional y Colorado defendieron a Da Silva, atribuyendo la escalada a la provocación de Viera.
La sesión fue suspendida por el senador Sebastián Sabini (MPP) tras más de 13 horas de debate.
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Maniobra sucia de la izquierda
Como siempre hace la izquierda en todas partes del mundo, primero agrede gratuitamente, enchastra, ensucia y difama.
Luego cuando le responden, se victimizan y amenazan con acciones judiciales.
Es el mismo libreto malicioso de siempre. Primero agredir al rival político, ensuciarlo de todas las formas posibles, exponerlo al odio y al desprecio público con mentiras y con infamias.
Cuando esa rival político ensaya una respuesta, inmediatamente de victimizan y se autoperciben ofendidos.
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En todas partes la izquierda política y sindical actúa igual.
Agreden gratuitamente a cualquiera que no piense como ellos, y luego cuando hay una respuesta, por más que esta sea civilizada, se ponen en rol de víctimas y amenazan con utilizar el aparato represivo del Estado para cancelar a su rival.
Son totalitarios y antidemocráticos, que ensucian el debate público primero agrediendo gratuitamente y luego victimizándose.
Es un mecanismo sucio y de manual, que utilizan siempre. Nada nuevo bajo el sol.