La obra Mamma mia! es lo que se denomina en el ambiente un jukebox, un grupo de canciones famosas que conforman un musical. En este caso, temas de Abba, la banda sueca que tuvo su esplendor por los años ’70, con clásicos como Chiquitita, Money, Money, Money, Voulez-Vous, Dancing Queen, Give Me, Give Me, Give Me y el que da título al musical con Florencia Peña y Malena Ratner.
O sea que las canciones son la excusa argumental para que, sobre el escenario, se desarrolle la obra y se despliegue una fiesta.
Porque eso es lo que Ricky Pashkus, desde la dirección general, ha creado. Los momentos musicales se imponen por lejos a los momentos dramáticos, y la adaptación de los temas que hizo Marcelo Kotliar (ya lo había hecho en la puesta de 2012) es un punto importante para resaltar.
La obra imagina a Donna (Florencia Peña), quien hace 20 años fue madre soltera, viviendo y regenteando un hotel en una isla de Grecia. El mismo que construyó de acuerdo al diseño de Sam (Alejandro Paker), con quien tuvo “una revolcada”. Pero no fue el único con el que por esos días tuvo relaciones. También la sedujeron Harry (Leo Bosio) y Bill (Pablo Silva).
Peña es Donna y Malena Ratner es Sophie, la hija que se casa. Fotos Tommy PashkusEl asunto es que Sophie, su hija de 20 años (Malena Ratner), se casará allí, en la isla, y como la chica quiere conocer la identidad de su padre husmea el diario íntimo de su madre y descubre a estos tres hombres, y sin saber cuál podría ser su progenitor, los invita a los tres a la boda, sin que se entere su madre.
Flor de elenco
No son los únicos que llegan. También lo harán dos viejas amigas de Donna, Rosie y Tanya (Lula Rosenthal y Alejandra Perlusky), con quienes había formado el grupo musical Donna y las Dynamos. A estos siete personajes principales se suma, claro, Sky, el novio (José Giménez Zapiola “El Purre”, pareja en la vida real de Malena Ratner).
El musical, que debutó en Londres en 1999 y dos años después pasó a Broadway, donde se cansó de llenar el Winter Garden de fans -sobre todo mujeres-, tuvo en 2008 su adaptación al cine, con Meryl Streep y Amanda Seyfried. En 2012 se conoció en Buenos Aires por primera vez Mamma mia!, en el Opera, con Marisol Otero y Paula Reca.
Alejandro Paker interpreta a Sam, uno de los tres posibles padres de Sophie. El y Peña actuaron en dos puestas diferentes de «Cabaret».Hay diferencias con aquella puesta de Phyllida Lloyd -que la dirigió en el West End londinense, y luego también la película- y la de Pashkus. Si bien se mantiene el tono de liviandad, de tener un texto que solo sirva como sostén de la narración, el tiempo ha pasado y algo se ha aggiornado la obra.
El elenco creció con respecto al que estrenó la obra en Carlos Paz. Hay más bailarines, en un muy buen ensamble, que acompañan también cantando a Florencia Peña, dueña absoluta de la noche, aplaudida a rabiar por el público. Malena Ratner es una revelación, no solo canta y baila muy bien, sino que tiene cierto ángel, y no es difícil pronosticarle una buena carrera, esperando que no se encasille en los papeles a la hora de elegirlos.
Donna y las Dynamos. Alejandra Perlusky y Lula Rosenthal rodean a Florencia Peña.Curiosamente dos protagonistas de dos versiones muy diferentes de Cabaret confluyen en el escenario. Alejandro Paker, el maestro de ceremonias, y Peña como Sally Bowles, cuando se encuentran, elevan la calidad del espectáculo.
Lo mismo puede decirse de Rosenthal, volcada a la comedia disparatada, que cumple una gran labor, lo mismo que Perlusky.
Ver al público bailar con los dos últimos temas, luego del final de la obra, testimonia la razón del éxito de Mamma mia!.
“Mamma mia!”
Buena
Comedia musical. Libro: Catherine Johnson. Música y letras: Benny Anderson y Björn Ulvaeus. Dirección: Ricky Pashkus. Con: Florencia Peña, Malena Ratner, José Giménez Zapiola “El Purre”, Alejandro Paker, Alejandra Perlusky, Lula Rosenthal, Leo Bosio, Pablo Silva y elenco. Sala: Teatro Coliseo. Duración: 135’ (contando 10’ de intervalo). Funciones: de miércoles a domingo. Entradas: de $ 5.000 a $ 25.000