Ocho hombres armados robaron a decenas de clientes que cenaban en una famosa parrilla de Parque Chacabuco en la previa del Dia del Amigo y se llevaron todo: dinero, teléfonos celulares y pertenencias. «Fue una situación horrible», dijo una de las víctimas del violento hecho que duró unos pocos minutos.
Unas 60 personas cenaban tranquilas en “El Nuevo Miguelito” el último viernes a la noche, en lo que era la víspera del 20 de julio, fecha en la que muchos se reúnen a celebrar la amistad. Sin embargo, cerca de las 23 el miedo y la violencia se apoderó de la parrilla ubicada en Zañartu al 400.
«Todo habrá durado 5 o 10 minutos, pero pareció eterno», le contó Pablo a Clarín, un joven que fue a comer con seis amigos a los que conoce desde el jardín de infantes.
Pablo relató que cerca de las 23, se acercó un hombre a su mesa y les dijo en voz baja que estaban robando afuera.
En ese momento, la incertidumbre se adueñó de las mesas, ya que no sabían cómo reaccionar. La parrilla tiene dos accesos, uno de ellos en los que hay estacionadas muchas motos para el delivery y cerca hay mesas en el exterior, cercadas por una lona que separa a los comensales de la vía pública.
«Me paré y una de las mozas me indicó donde esconderme. Muchos se fueron a la terraza o se metieron en los baños y otros se quedaron», relató. A los últimos «les sacaron todo, todo, todo…».
El robo arrancó afuera. Cuatro delincuentes comenzaron a llevarse todo a su paso. Y siguió adentro, donde entraron otros cuatro ladrones pasaban mesa por mesa robando celulares, billeteras y todo lo que encontraran. «Nadie se resistió, excepto uno, un señor mayor, que se negó a darles su alianza de matrimonio», indicó.
«Matame, no te lo pienso dar», le dijo al ladrón, quien fue a buscar e uno de sus cómplices y le dijo que en una mesa había «uno lleno de oro». A pesar de las cada vez más fuertes amenazas, el hombre no dio el brazo a torcer y se quedó con su anillo.
El resto, relató Pablo, bajó la cabeza y entregó todo lo que los ladrones exigían. Los delincuentes huyeron con el botín y los sentimientos que se apoderaron de la escena fueron la angustia y el terror. «Golpearon las armas para amedrentar y revisaron a uno por uno», precisó.
Aunque el robo piraña fue violento, la Policía de la Ciudad informó que no hubo heridos. Segun el reporte, tras los eternos minutos, los delincuentes se fugaron en una camioneta Ford Ecosport.
«Yo pensé que me moría ahi, que empezaban los tiros y moría ahi», reveló Pablo, quien sostuvo que no dejó de temblar durante las siguientes dos horas hasta que regresó a su casa. «No puede ser que no puedas comer tranquilo con amigos», reflexionó.
Otro testigo del hecho le contó a Clarín que llegó a la reunión pocos minutos antes de que comenzara el calvario: los ladrones le pegaron un culatazo para asustarlo, aún sin haberse resistido.
“Entonces, me quedé sentado donde estaba. Tengo amigos que se tiraron al piso y les apuntaron, una imagen horrible. Había nenes en el medio de todo eso”, lamentó. Pablo recordó también que el llanto de los niños era incesante.
La policía «no tardó en llegar, pero los insultaron» y les recriminaron la falta de seguridad. «Fue una más de tantas», dijo Pablo, quien asegura que este tipo de situaciones obligan a elegir lugares adónde ir en función de la protección.
El video del hecho da cuenta de la violenta escena. Dura 2 minutos y 17 segundos y se observa cómo los encapuchados ingresan raudamente, sin dejarse identificar ante las cámaras de seguridad, y apuntando contra los clientes del lugar.
Algunos de los ladrones recogen pertenencias ajenas y otros gritan e intimidan. Por el lado de las víctimas, algunos se quedan paralizados y resignados, mientras otros intentan huir, pero son intimidados por los ladrones.
Intervino en la causa la Fiscalía Criminal y Correccional número 60 a cargo de la fiscal Incardona, que labró actuaciones por robo a mano armada.
Antecedentes de robos piraña en restaurantes de la Ciudad
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Sucedió en Jaimito, donde los delincuentes realizaron un asalto comando en un minuto. El hecho quedó registrado en las cámaras de seguridad del local.
A fines de abril fue la reconocida pizzería Jaimito de Boedo el escenario de otro violento hecho en el que cuatro delincuentes se llevaron las pertenencias de los clientes, esta vez, dejando heridos.
Ocurrió en el comercio ubicado sobre la calle México al 3400, entre Virrey Liniers y Maza. Los ladrones ingresaron por dos puertas diferentes, con segundos de diferencia, para tomar desprevenidos a los comensales, que en ese momento llenaban las mesas del local.
Una cámara de seguridad del local registró el episodio en un video que reflejó el temor con el que los comensales reaccionaron. Además, también se vio a los delincuentes golpear a quienes se resistían, con culatazos en la cabeza.
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Cuatro ladrones armados entraron a robar a los clientes del bar Saeta, de Chile y Perú, a la 1 del domingo.
También a fines de abril, clientes del bar Saeta, ubicado en el barrio de San Telmo, sufrieron un robo similar a mano de cuatro asaltantes con las caras tapadas, quienes en apenas un minuto se llevaron teléfonos celulares y dinero. “Entraron por la puerta principal, fue un manoteo de cosas, algo de un minuto”, contó el encargado del comercio.