(*) Columnista invitado. No es solo una tema para expertos en tecnología, sino una responsabilidad compartida por todos los usuarios de Internet.
03 de agosto 2024, 08:06hs
Es un hecho que hoy la tecnología se entrelaza con nuestra vida diaria, en este marco, el riesgo tecnológico no es solo una palabra, sino una categoría que demanda atención y nos enfrenta a desafíos inesperados: desde la precaución al ingresar datos personales en sitios web hasta poder reconocer estafas digitales que se camuflan entre ofertas tentadoras durante eventos como la Copa América.
¿Dejarías las llaves de tu casa a la vista? Del mismo modo, nuestras contraseñas y datos sensibles requieren protección.
Es vital comprender que la falta de percepción del riesgo digital puede tener consecuencias graves. Es increíble, pero al 2024, la contraseña “123456″ sigue siendo una de las más utilizadas por los usuarios de plataformas, a la hora de definir la seguridad de sus perfiles. Esto refleja la necesidad urgente de adoptar prácticas más seguras y conscientes.
Leé también: Cómo actuar en caso de sufrir una estafa en compras o transferencias con tu billetera digital
El phishing, por ejemplo, es una técnica común donde los delincuentes se hacen pasar por entidades legítimas para robar información. A menudo, estas estafas se disfrazan de correos electrónicos o sitios web falsos que imitan marcas conocidas, lo que facilita que un usuario distraído o apurado por el trajín diario, caiga fácilmente en ellas.
Para mitigar estos riesgos, es fundamental verificar la autenticidad de las fuentes y aplicaciones antes de ingresar información personal o financiera. El uso del doble factor de autenticación y la actualización regular de software son otras de las medidas simples, pero efectivas, para fortalecer nuestra seguridad en el mundo digital.
Además, cabe hacer una mención a la evolución de la inteligencia artificial, que ha facilitado tanto la defensa como el ataque en el ámbito digital. Los estafadores ahora pueden crear fácilmente perfiles falsos o imitar voces conocidas, aumentando la sofisticación de sus engaños.
En este contexto, la educación y el cambio cultural son clave. Al igual que aprendimos a usar el cinturón de seguridad en los autos, debemos internalizar hábitos de seguridad digital para protegernos activamente contra las amenazas emergentes.
La ciberseguridad no es solo una preocupación para expertos en tecnología, sino una responsabilidad compartida por todos los usuarios de Internet. Adoptar una actitud más escéptica y consciente frente a las amenazas digitales es fundamental para navegar de manera segura en el mundo conectado de hoy.
(*) Javier Queimaliños es director de BTR consulting, especialistas en ciberseguridad.