“El mundo natural está lleno de sonidos. Pero hasta ahora solo hemos escuchado una parte. La tecnología acústica más avanzada hoy graba sonidos que ni siquiera podemos percibir”, dice una voz en off en el inicio de El mundo secreto del sonido con David Attenborough, la nueva producción de Netflix.
La miniserie documental, que tiene tres episodios de unos 45 minutos cada uno, parte de una premisa: el sonido es clave para la supervivencia de muchos animales. Pero los seres humanos apenas podíamos captar algunos de ellos. Lo que sigue es una travesía fascinante a ese mundo en un viaje por los continentes, la vida de los animales y sus comportamientos.
La estructura de los episodios es siempre clásica: la voz en off de David Attenborough y la naturaleza entera frente a la cámara. A veces, aparece la imagen del científico y divulgador inglés contando o describiendo una situación. El presentador es una institución, que realizó decenas de documentales sobre naturaleza y fue gerente de la BBC.
A los 98 años, la voz de David Attenborough sigue transmitiendo una mezcla de paz y entusiasmo por lo que está contando. Y los animales son protagonistas en pantalla.El primer episodio, llamado “Depredadores y presas”, muestra cómo los animales usan el sonido para cazar y escapar. Por ejemplo, el rugido del león en la sabana africana, que otros animales pueden escuchar a hasta ocho kilómetros de distancia. O el sonido del batir de las alas de las abejas y su “ataque sónico” para liberar el polen.
Aunque el eje de los episodios es el sonido -quizá sea recomendable disfrutarlos con buenos auriculares-, la producción de la serie también es impresionante por la calidad visual, la precisión y la pericia para estar en “el” momento en el que ocurren las cosas. También se usan pequeñas viñetas de animación para explicar los procesos complejos; por ejemplo, los silbidos y chirridos como parte de las conversaciones de los delfines.