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Por qué hay que ver «Respira», una suerte de «Grey’s Anatomy» española que no da respiro

Los que vimos Grey’s Anatomy -algo así como la biblia de las series médicas– encontraremos en Respira a una prima hermana, no por copia despiadada, sino por inspiración narrativa. Y los que no vieron a una de las series más longevas y más exitosas del cable descubrirán a en la flamante ficción española un producto que atrapa. Entretiene, sí, pero la conjugación verbal que más la define indica que, sencillamente, atrapa. De no ser por la intensidad de sus escenas, es claramente maratoneable. Se vuelve adictiva.

Y recién estrenada la primera temporada -el viernes 30 de agosto, por Netflix– uno ya está palpitando la segunda, de la que ni siquiera están los palotes, pero imagina que ya debe haber un trazado en la cabeza de Carlos Montero, el mismo creador de Élite, un éxito de corte juvenil de la misma plataforma.

Respira tiene varios puntos a favor -y de los importantes- y sólo algunos en contra. Pero, de movida, se presenta en el streaming con un dream team de actores más a modo de protagónico coral que de estrella que pica en punta, como era la Ellen Pompeo de Grey’s Anatomy en la piel de la doctora Meredith Grey.

Aquí hay un equipo que juega parejo, desde los distintos roles de un escenario sanitario: los directivos, los especialistas, los jefes de área, los residentes, las enfermeras, los camilleros y los pacientes. Y los familiares.

De todos modos, más allá del planteo de El desorden crea -la productora de Montero- el talento sobresaliente de Najwa Nimri la hace dueña de la pelota. Cara conocida para muchos argentinos, la mujer nacida en Pamplona hace 52 años era la villana Zulema de Vis a Vis y la Alicia Sierra de La casa de papel. También la vimos en Sagrada familia y en Berlín. Cuesta pronunciar su nombre, por eso ella -de descendencia jordana- tira siempre un tip: «Di Nayua y estará bien».

El quirófano de El quirófano de «Respira»: Aitana Sánchez-Gijón, Alfonso Bassave, Najwa Nimri, Borja Luna, Blanca Suárez y Manu Ríos.Y Nayua, entonces, la rompe en Respira como Patricia Segura, una paciente especial: ella llega al Joaquín Sorolla -el hospital público que oficia de escenario base del relato- para ser tratada por las consecuencias de un accidente de tránsito. Pero una vez en la sala, le descubren una patología que la obliga a decidir si sigue atendiéndose ahí o en una clínica privada. No es una decisión más para el guión, ya que Segura es la presidenta de la comunidad de Valencia, y viene propiciando la privatización de la salud pública.

Desde la primera escena, en la que se la ve en quirófano, hasta el viaje al pasado para entender de dónde viene cada uno, y retomando luego el devenir de cada quien, Respira no da respiro, literalmente. No es vértigo, es saber manejar estupendamente los hilos de la tensión, sin concesiones ni finales previsibles. Cuando uno juega a adivinar finales y dice éste se salva, éste se muere, ésta se enamora, ésta se la juega, en este caso pierde en casi todas las apuestas, si es que va por los carriles de los clichés.

Entre las notables actuaciones de Nimri y de Aitana Sánchez-Gijón -ahora como Pilar Amaro, la jefa de cirugía, pero antes como la Doña Blanca de Velvet– y la enorme cantidad de situaciones que pone en vilo al espectador, tiene un lugar clave lo coyuntural en relación a la salud pública: una huelga sanitaria zarandea a una comunidad, divide las aguas entre los médicos que no olvidan el juramento hipocrático y los que entienden que hay que arriesgarse por el bien de todos. El mejor oncólogo maneja el liderazgo sindical.

La doctora Pilar Amaro (Aitana Sánchez-Gijón) tiene un clara postura en relación a la huelga. Prohibido spoilear.La doctora Pilar Amaro (Aitana Sánchez-Gijón) tiene un clara postura en relación a la huelga. Prohibido spoilear.La cámara no para: de la agitación de la sala de urgencia -llegan casos de incendio, de intoxicación masiva, de accidente vial- a los quirófanos, pasando por los descansos y los offices, y por algunas postales por fuera del hospital. De a poco uno va conociendo a la cirujana Jésica Donosso (Blanca Suárez, una de Las chicas del cable), a Néstor Moa, el oncólogo más prestigioso de España, interpretado por Borja Luna, a Lluis Jornet (el director del Joaquín Sorolla, a cargo de Alfonso Bassave, al que vimos en la serie Antidisturbios) y al galán de este cuento, Manu Ríos: uno de los protagonistas de Élite aquí también tiene un rol importante como Biel de Felipe, el residente más querido. El que más cámara tiene.

Cada uno de los ocho episodios tiene espacio para todos, para sus salvaciones, sus talentos, sus sombras, sus mezquindades, su solidaridad, sus deseos, sus miedos. Respira tiene cierto capricho en abusar de la sirena para que no olvidemos que estamos en un hospital, y toma el atajo cuestionable de que varios personajes estén cruzados entre sí, pero nadie le quita el «muy buena» que se merece. Está para ser dada de alta (sin salir de catálogo, claro).

Ficha

Calificación: Muy buena

Drama médico Protagonistas: Najwa Nimri, Blanca Suárez, Aitana Sánchez-Gijón y Borja Luna, entre otros Creación: Carlos Montero Dirección: David Pinillos y Marta Font Emisión: Ocho episodios de entre 42 y 50 minutos en Netflix.

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