Que la frontera noroeste argentina, con Salta a la cabeza, es un paso caliente para el tráfico de cocaína, no es ninguna novedad. Los centros productores bolivianos están ahí nomás y el dinero del narcotráfico compra voluntades, propone impunidad y tienta a los empobrecidos trabajadores rurales.
Mucho de ese mix quedó una vez más al descubierto la semana pasada cuando la Gendarmería Nacional detuvo a 11 hombres (todos habitantes de la zona) que cargaban mochilas llenas a reventar de panes de cocaína.
Fue en una zona de monte tupido conocida como paraje La Porcelana, a unos 32 kilómetros de la sección Senda Hachada de la fuerza de seguridad federal y a unos 60 de Tartagal.
El operativo se hizo en dos partes: empezó el miércoles 28 de agosto a la noche y culminó al día siguiente por la mañana. En total se secuestraron 13 mochilas, con 200 kilos de cocaína.
De acuerdo a los primeros gendarmes que descubrieron al grupo, el convoy humano estaba integrado por al menos 20 personas pero la mitad logró escapar por el monte.
Los mochileros narco fueron detectados en medio de una zona de monte el miércoles 28 a la mañana, pero eran tantos que los dos gendarmes que los divisaron pidieron refuerzos.
Los mochileros de la cocaína, detenidos por la Gendarmería en Salta.El procedimiento se encaró a la tarde y entonces cayeron los primeros dos hombres. Como se hizo de noche, se retomó la búsqueda a la mañana siguiente y entonces se detuvo a otras dos personas más escondidas y luego a siete en una camioneta. Todos fueron indagados el viernes por el fiscal federal de Tartagal Marcos Romero.
¿Qué tan común es que esto ocurra?
Fuentes judiciales consultadas por Clarín sostuvieron que los mochileros de la droga se han convertido en uno de los métodos preferidos por los narcos de la frontera que logran mover cantidades importantes de cocaína con una logística simple y barata.
Los mochileros de la cocaína, detenidos por la Gendarmería en Salta.El operativo de paraje La Porcelana tiene un antecedente directo ocurrido en mayo de 2022. Un secuestro de droga muy parecido en una zona también cercana a Senda Hachada donde está el Destacamento 52.
En esa oportunidad, los gendarmes detectaron a 12 personas que cargaban alforjas en una zona de monte cercana la ruta nacional 34. No hubo detenidos pero sí un tiroteo en el que un gendarme recibió un disparo en un tobillo. Se secuestraron 365 kilos de cocaína distribuidos en 356 paquetes. En el monte se encontraron dos motos de apoyo.
Los números del negocio
Se calcula que cada mochilero cobra unos 150 dólares por kilo transportado. Un kilo de cocaína boliviana puesto en Salvador Mazza (recién cruzada la frontera) se paga entre 2500 y 5.000 mil dólares, dependiendo de la calidad (la mejor es la colombiana y le siguen la peruana y la boliviana).
Los mochileros de la cocaína, detenidos por la Gendarmería en Salta.El negocio para el narco es redondo porque, con un gasto bastante inferior a la potencial ganancia, logra mover su mercadería en medio del monte.
Los mochileros, por su parte cargan un máximo de 20 panes de un kilo cada uno, aproximadamente. No es un trabajo sencillo ya que se deben evitar las rutas y usar solo senderos. El camino entre la frontera a una localidad como Embarcación puede significar caminar 200 kilómetros por el monte.
Por eso no es de extrañar que de entre los 11 detenidos entre el miércoles 28 y el 29 de agosto, 11 son oriundos de Pichanal y dos de Embarcación, donde los investigadores creen que algunas bandas acopian la droga para luego bajarla hacia el sur por tierra con métodos métodos más sofisticados.
Los mochileros de la cocaína, detenidos por la Gendarmería en Salta.Entre los arrestados hay dos pares de hermanos y un tío y un sobrino. Salvo uno de los acusados que dijo ser comerciante, el resto son jornaleros, el perfil ideal para los narcos: gente que pasa necesidades económicas y que, a su vez, conoce bien la zona como para guiarse en el monte a pie.
«A ninguno de mis clientes se los detuvo con droga encima. Uno incluso sostiene que estaba en la zona cazando. Además, si logran vincularlos con la cocaína, a lo sumo serán mulas«, le dijo a Clarín el abogado David Leiva, defensor del grupo
Leiva es muy conocido en Orán por un caso de alto impacto: durante años representó a la familia de Liliana Ledesma (37), una productora rural asesinada a puñaladas en Salvador Mazza por denunciar el poder de los hermanos Delfín (55) y Raúl (41) Castedo, dueños absolutos del tráfico de cocaína en la frontera argentino-boliviana.
Liliana Ledesma fue asesinada en Salvador Mazza por denunciar el poder de los narcos Delfín y Raúl Castedo.Liliana conocía bien lo que ocurría en la zona. Su esposo, el boliviano Gilberto Villagómez Arancibia, había sido socio de Castedo y el diputado Ernesto José Aparicio (ya fallecido) hasta que algo provocó una ruptura.
El hombre terminó mal: murió acribillado el 3 de julio de 1999.
EMJ