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Dos amigas se aliaron contra la crisis y crearon una innovadora app para comprar comida más barata

Tan amigas son Belén Celiberti y Agustina Otegui que se propusieron crear algo para poder trabajar juntas. El intercambio de ideas que mantuvieron durante meses las llevó por distintos asuntos, hasta que optaron por la sustentabilidad, un tema clave en la actualidad. En todo el mundo gobiernos y empresas se plantean cómo sostenerse en el tiempo sin agotar recursos naturales ni perjudicar al medio ambiente.

Belén y Agustina decidieron centrarse en la comida. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a nivel global se pierden anualmente 1.300 millones de toneladas de alimentos, lo suficiente para alimentar a 2.000 millones de personas. En América Latina y el Caribe, el derroche llega a 220 millones de toneladas al año, y en Argentina se desperdician 16 millones de toneladas, lo que equivale a 11 millones de dólares perdidos.

Sustentabilidad y comida. Con esos dos conceptos nació «Salvame!», una app que se propone reducir el desperdicio de alimentos, crear un impacto positivo en el planeta y, además, que la gente pueda ahorrar dinero. La aplicación funciona como puente entre los establecimientos, para que puedan vender productos y comida en sobrestock, y usuarios, para que puedan acceder a productos alimenticios y comida de calidad a un precio menor.

Juntas

Belén y Agustina son de Rauch, un pueblo de 15 mil habitantes del este bonaerense, ubicado a casi 300 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. Fueron compañeras en la primaria en la Escuela N° 15 y del secundario en el Nacional, dos instituciones públicas. Agustina estudió periodismo en la Universidad Siglo XXI y diseño UX/UI en Coderhouse. Belén se recibió de contadora en la Universidad Nacional del Centro de Buenos Aires. También hizo certificaciones de Scrum Master & Product Owner, y en Business Analytics, y hoy está terminando el Posgrado en Management & Analytics en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).

Ahora tienen 28 años y desde hace meses desarrollan la star up a la distancia, a puro whatsapp. Agustina vive desde hace más de un año en Torino, al Norte de Italia. «Vine a hacer la ciudadanía y a aprender italiano. Todo genial, pero a veces se romantiza demasiado Europa, o vivir afuera y la realidad es que siempre tenés ganas de volver. Estoy muy feliz porque este proyecto me permite volver a la Argentina», dice a Clarín.

Agustina vive en Italia, pero volverá a la Argentina para el lanzamiento de Sálvame! Agustina vive en Italia, pero volverá a la Argentina para el lanzamiento de Sálvame! «Con Belén siempre compartimos la curiosidad por todo, y últimamente nos centramos en lo tecnológico. Hacía tiempo que queríamos emprender algo juntas y pensábamos qué podíamos hacer. En el brainstorming lanzamos distintas temáticas y así surgió la sustentabilidad. Investigamos mucho y la verdad es que en Italia, donde estoy, es un tema muy presente, que se maneja con mucha intensidad. Finalmente nos decidimos por centrarnos en la reducción del desperdicio de alimentos», cuenta Agustina.

«Revisamos muchas problemáticas sociales y ambientales, y nos dimos cuenta que el tema de la pérdida de alimentos unía todo. Entonces buscamos qué soluciones hay en el mercado. Existe, por ejemplo, Too Good To Go, que tomamos como referencia e inspiración», explica Belén.

Too Good To Go es el mayor marketplace de excedente de alimentos en el mundo. Fue lanzada en Dinamarca en 2016 y desde entonces, esta aplicación que hace de intermediario entre restaurantes o supermercados y consumidores, no para de crecer. Está disponible en Estados Unidos y la mayoría de países europeos.

Belén.Belén.

Triple impacto

«Sálvame! tiene triple impacto. Beneficia al medio ambiente porque reduce el desperdicio de alimentos, a la sociedad porque permite a las personas acceder a alimentos a precio reducido y al negocio, que recupera con productos que de otra manera no podría comercializar», detalla Belén.

«A veces los establecimientos tienen stock de sobra, porque hay mucha cantidad, o porque están cercanos a la fecha de vencimiento, o porque tienen problemas de packaging, entonces al no poder comercializarlos es pura pérdida. Que las personas puedan acceder a estos productos a un precio menor hace que las dos partes salgan beneficiadas», suma Agustina.

Y agrega: «Al aprovechar mejor los alimentos se puede producir menos y eso también beneficia al medio ambiente ya que se desperdician menos recursos naturales, hay menos difusión de gases del efecto invernadero que llevan al calentamiento global».

América Latina genera el 16% de la huella de carbono global por pérdida y desperdicio de alimentos, equivalente a 528 millones de toneladas de CO2 (dióxido de carbono) al año.

Sumar a la sociedad

En Argentina ya existen dos aplicaciones similares: Winim, que se centra en restaurantes, y Kigüi, que permite ahorrar comprando productos cerca del vencimiento en supermercados.

«Si bien sabemos de la existencia de otras aplicaciones que abordan esta problemática observamos que la pérdida y desperdicio de alimentos sigue existiendo y entendemos que podemos colaborar en este sentido. Aspiramos a ser un referente de sostenibilidad en Argentina generando un ecosistema que vaya más allá de una aplicación», asegura Belén.

Y explica: «La aplicación es solo un primer paso de todo lo que tenemos planificado accionar, como vinculaciones institucionales con organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, universidades y otros actores vinculados a la educación y sustentabilidad para justamente ir construyendo entre todos un ecosistema. Buscamos combatir el desperdicio de alimentos y fomentar la responsabilidad alimentaria, generando un impacto positivo en la vida de las personas y el medio ambiente».

Lanzamiento

Salvame! será lanzada a principios de diciembre. Comenzará a funcionar en Rauch y Tandil, donde harán un testeo, y si funciona bien, se irá ampliando por todo el país. «Por ahora lo que se podrá hacer es reservar un producto y pasar a retirarlo por el establecimiento. Luego veremos si sumamos delivery y medios de pago«, explica Agustina.

«No sólo lo pensamos por la sustentabilidad, también nos parece que puede ser algo positivo en el contexto económico de Argentina -agrega-, donde hay personas que no tienen para comer y la clase media dejó de darse algunos gustos porque ya no los puede pagar».

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