Ruth Nina, admiradora confesa del exdictador Evo Morales, intentó justificar sus amenazas contra el Tribunal Supremo Electoral. En una conferencia, la dirigente de PAN-Bol se amparó en la libertad de expresión para defender sus polémicas palabras.
Además, aseguró que su frase “contarán muertos, no votos” fue parte de un discurso revolucionario. Su abogado reforzó esa idea y comparó su expresión con frases del Himno Nacional. Dijo que es como decir “morir antes que esclavos vivir”.
El jurista también invocó otras expresiones para respaldar la defensa de Nina. Citó frases como “patria o muerte” y hasta citas célebres sobre violencia política.
Según él, se trata de metáforas comunes en discursos apasionados. Cuestionó que se quiera criminalizar palabras con carga ideológica o simbólica. A su juicio, la Fiscalía busca coartar la libertad de pensamiento.
El caso surgió tras declaraciones realizadas por Nina en un ampliado en Lauca Ñ. En ese evento dijo que el día de las elecciones se contarían muertos y no votos. Esa frase causó rechazo de distintos sectores políticos y sociales.
María Leonila Galindo, del CONADE, fue quien presentó la denuncia penal. Acusó a la dirigente de instigar al odio y al delito.
Repudio ante las declaraciones
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El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, repudió de forma pública las palabras de Nina. Señaló que sus afirmaciones carecen de toda responsabilidad. Pidió que la Fiscalía y el Órgano Judicial actúen con firmeza.
Además, sostuvo que se debe sentar un precedente para frenar estos discursos. Aseguró que no se puede permitir que se normalicen amenazas políticas.
Ruth Nina debía declarar ante la Fiscalía de Cochabamba este viernes. Sin embargo, no se presentó a la audiencia programada. Argumentó que el juzgado del Cercado ya se declaró incompetente.
Según su versión, el caso fue derivado a la jurisdicción de Shinahota. Por ello, ni ella ni su abogado acudieron a la citación.
En paralelo, el Comité Nacional de Defensa de la Democracia realizó una vigilia. Sus miembros exigieron una orden de aprehensión inmediata contra Nina.
Denunciaron que la dirigente utiliza el discurso revolucionario como escudo. Afirmaron que no se trata de un acto de libertad de expresión. Consideran que se incita a la violencia electoral.
Durante su conferencia, Nina lanzó ataques contra sus denunciantes. Tildó a los miembros del CONADE de “políticos fracasados”. Llamó “cadáver político” a Lizeth Beramendi.
También descalificó a otros opositores como José Manuel Ormachea y Alberto Astorga. Los retó públicamente a debatir cara a cara.
Nina desafió a sus detractores
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En un tono desafiante, Nina extendió su “mano” a sus detractores. Dijo que está dispuesta a hablar con quienes la denuncian.
Luego agregó una frase provocadora al final de su mensaje. “Aquí está Ruth Nina, y si esto no basta, entonces mátenme, cuélguenme”, sentenció. La frase generó más polémica y críticas en redes sociales.
La dirigente aseguró que no está escapando de la justicia. Prometió que se presentará ante cualquier citación válida. Pero insistió en que el proceso fue mal conducido desde el inicio.
También sostuvo que existe una persecución política en su contra. Afirmó que su único delito fue emitir un discurso revolucionario.
Para defenderse, Nina dijo que ahora llevará un diccionario bajo el brazo. Argumentó que sus palabras han sido malinterpretadas por intereses políticos. Indicó que representa el sentir de los sectores sociales afines al exdictador Evo Morales.
Negó haber cometido delitos y acusó al Gobierno de criminalizar ideas. Dijo que Bolivia ya no respeta la libertad de opinión.
Metáforas para justificar la violencia
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Desde el Ministerio de Gobierno insisten en que la justicia debe actuar. Ríos reiteró que se debe investigar con rigor y sin contemplaciones. Dijo que la Policía está lista para ejecutar órdenes si es necesario.
Luego, llamó a no subestimar el impacto de discursos violentos en la sociedad. Añadió que la democracia no debe tolerar amenazas.
El proceso penal aún se encuentra en fase preliminar. La causa fue remitida oficialmente al distrito judicial de Shinahota. Se espera que el Ministerio Público fije una nueva fecha para tomar la declaración de Nina.
A pesar de las críticas, Nina no da señales de retractarse. Insiste en que su discurso fue simbólico y legítimo.
Sus detractores, en cambio, exigen una sanción ejemplar. Dicen que sus palabras pusieron en riesgo la seguridad del proceso electoral. También advierten que no se debe permitir impunidad.
Este caso ha abierto un debate sobre los límites de la expresión política. Mientras unos ven censura, otros ven amenazas veladas.
Ruth Nina ha polarizado aún más a los actores políticos. Su defensa se apoya en metáforas patrióticas que muchos consideran absurdas.