Roberto Rotondaro, presidente de la Asociación Civil Fertilizar, analizó en Canal E el presente y futuro del consumo de fertilizantes en el campo argentino y las claves de la campaña agrícola 2024-2025. Según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, se proyecta un crecimiento del 7% en el consumo de fertilizantes, impulsado por la mayor superficie de cultivos como trigo, cebada y maíz, y un contexto más previsible para el sector.
“Desde Fertilizar siempre estamos monitoreando el mercado de fertilizantes y el uso de la tecnología”, explicó Rotondaro, destacando que “hay 3 cultivos que son muy importantes y que explican gran parte del consumo de fertilizantes: el trigo, la cebada y el maíz”. La superficie sembrada y la aplicación de tecnología resultan fundamentales: “En los años donde la superficie de estos cultivos es importante y es acompañada de uso de tecnología y de una buena dosis de fertilización, el consumo aumenta”.
Previsibilidad y mejora de las reglas de juego
La campaña de trigo 2024 arrancó con niveles óptimos de humedad, un factor determinante para asegurar un buen piso de rendimiento. Rotondaro subrayó: “En algunas zonas hubo retraso en la siembra porque había demasiada humedad en el suelo, pero es muy importante haber arrancado con esos niveles”. Sobre el maíz, anticipó que “vamos a recuperar lo perdido en la campaña pasada” e incluso se podrían sumar hectáreas.
En materia de políticas, el presidente de Fertilizar valoró los recientes anuncios: “El Presidente hace honor a su palabra, la cumple y marca un camino. Si bien todavía estamos lejos de sacar esos derechos de exportación, se está marcando un camino”, dijo, en referencia a la baja gradual de retenciones para productos como soja, sorgo y maíz. Rotondaro destacó que “lo que permite también es hacer un poquito más de reglas de juego, más a mediano plazo, y uno puede hacer los números en función de esos valores de los granos”.
Precios internacionales y desafíos de rentabilidad
Consultado sobre la suba internacional en el precio de los fertilizantes, Rotondaro reconoció: “Estamos pasando por un momento de altos valores, sobre todo en los fosfatados”. Y advirtió que la relación insumo-producto no es la mejor: “Cuando hacemos la relación insumo-producto tenemos en cuenta el valor de los granos y los granos no están pasando por un buen momento, ninguno de los que nosotros producimos”.
A pesar de los altos precios, Rotondaro insistió en la importancia de invertir en tecnología: “La fertilización tiene que ser usada adecuadamente… un insumo clave como es el fertilizante que impacta en los rendimientos, en la producción de kilos, tiene que ser usado de manera adecuada”.
El desafío de reponer nutrientes y cuidar el suelo
Rotondaro remarcó la urgencia de revertir el deterioro de los suelos: “Sabemos que los suelos pampeanos vienen bajando en fertilidad, venimos con un déficit negativo, exportando más nutrientes que lo que reponemos vía fertilizante. Eso, tarde o temprano, vamos a tener que corregirlo”. Recordó que reponer los nutrientes exportados en los últimos 30 años costaría hoy “30 mil millones de dólares” en fertilizantes. Por eso, desde Fertilizar impulsan “las buenas prácticas de fertilización y la necesidad de tener una mirada de cuidado del recurso del suelo y una mirada más a mediano plazo”.
Oportunidades en un escenario internacional incierto
Ante la convulsión política y comercial global, Rotondaro afirmó: “Argentina tiene una gran oportunidad de producir y hacer bien lo que sabemos hacer, que es alimentos, que son granos”. Destacó que el girasol podría aumentar su superficie sembrada debido a la mejora de márgenes, y llamó a “producir tanto cereales de invierno como girasol, que este año hay perspectiva de que la superficie aumente”.
Para Rotondaro, el tipo de cambio es un factor central para el agro: “El tipo de cambio claramente afecta al sector… la mayoría de los insumos que utiliza el sector están de alguna manera dolarizados, es un equilibrio difícil”. Consideró que “el gobierno va a intentar moverse en esa banda” cambiaria y hará lo posible para mantener la previsibilidad cambiaria en el ciclo electoral.