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Terremoto en el corazón del sistema

Viernes de quiebre. Por la mañana, Jorge Macri anunció el desdoblamiento electoral para la ciudad de Buenos Aires y marcó el punto de mayor tensión entre Pro y La Libertad Avanza (LLA), un vínculo que se inició hace un año con pretensión de alianza y cierra el 2024 al borde de la confrontación. Por la tarde, Axel Kicillof vio naufragar su proyecto de presupuesto y su pedido de endeudamiento, en medio de una ciénaga política en la Legislatura bonaerense. Allí emergieron reclamos múltiples de la oposición y de los intendentes, pero también la inocultable tensión con La Cámpora, que hace tiempo busca doblegar al gobernador para que se pronuncie contra la separación de la fecha de votación provincial.

Los mandatarios de los dos principales distritos del país terminan el año con enormes dificultades políticas y buscan cómo proyectarse con algún éxito hacia la senda electoral. El AMBA, el centro de gravedad de la política nacional, que ha gestado los presidentes desde 2007 hasta acá (Cristina Kirchner ya era “bonaerense” cuando llegó a la Casa Rosada), entró en fase de peligrosa ebullición, con dos liderazgos debilitados pujando por cobrar autonomía, uno frente al gobierno nacional; el otro, ante la sombra eterna de la guardiana del peronismo bonaerense.

La foto del gabinete que subió Manuel Adorni@madorni

Incluso la dominante centralidad a nivel nacional de Javier Milei tiene su punto más bajo en esta geografía, donde nunca pudo hacer pie con la misma popularidad que ostenta en el interior del país. La encuesta del mes pasado de Opinaia, mostró que mientras en la ciudad de Buenos Aires la valoración positiva del Gobierno es de 44%, y en el territorio bonaerense es de 45%, en Mendoza tiene una evaluación favorable del 67%, en Córdoba del 62%, en Santa Fe del 57% y en el resto del interior del 61%. También en ese sentido el libertario es un fenómeno de reminiscencias menemistas, aunque sea de origen porteño.

El historiador Roy Hora cree ver en este desplazamiento “una transformación muy radical en el equilibrio del sistema político argentino, a partir de la creación de un precario pero potente movimiento electoral como el de Milei, que margina tanto a la Capital Federal como a la Provincia de Buenos Aires, que hasta ahora han sido los grandes productores de novedades políticas en nuestro país, y que hoy son bastiones de fuerzas que parecen representar más el pasado que el futuro”.

El planteo es provocador, porque implicaría que en términos políticos el AMBA se convirtió en un actor estancado, cuando históricamente fue el más dinámico. Se trataría de una dimensión inexplorada de lo que implica el surgimiento de Milei como fenómeno, porque no sólo encarnaría una ruptura ideológica o un quiebre generacional, sino que también entrañaría un corrimiento del eje territorial. Por eso las elecciones del año próximo tenderán a ser particularmente feroces en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires. Hay un caudal de representación social vacante.

Jorge Macri presenta la agenda de la ciudad 20’25, Buenos Aires Primero

La semana empezó mal y terminó peor para ese noviazgo tóxico que dicen querer conservar Milei y Mauricio Macri. El Presidente expuso el fin de semana en una entrevista una idea que sonó a intimación: “Con el Pro vamos juntos en todos lados, o si no iremos separados, no vamos a engañar al electorado”.

Si bien era un planteo que el líder de Pro sostenía desde hace tiempo, el tono de advertencia cayó definitivamente mal en Cumelén, donde hace tiempo hablan del “destrato” que reciben de los libertarios. Al día siguiente Macri replicó. Por un lado dijo estar de acuerdo con Milei y recordó que era una propuesta propia la de hacer una alianza nacional, pero después pidió “poner todas las ideas sobre la mesa, cumplir con la palabra como nosotros hicimos este año, ser absolutamente transparentes con el electorado y, ante todo, cuidar la República”. Si quiso ser una frase de sintonía, sonó a todo lo opuesto.

Mauricio Macri, durante la reunión de Pro

En Olivos la recepción fue pésima. “Su respuesta fue muy mala. En vez de decir, sí, estoy de acuerdo y vamos a trabajar juntos, se pone a fijar condiciones. Macri está atravesado intelectualmente. Las condiciones las vamos a fijar nosotros”, retrucaron en el entorno presidencial. Es decir, ni siquiera cuando están de acuerdo, pueden ponerse de acuerdo. Si bien hubo varios rumores, tanto en el entorno de Milei como en el de Macri niegan que haya habido contactos en los últimos días. “¿Para qué?”, se preguntan.

Este clima navideño tuvo su corolario en el cierre de la semana con la oficialización del desdoblamiento electoral en la Ciudad, un gesto claro de autonomía de Jorge Macri, avalado por su primo. En ambos campamentos admiten abiertamente que se trata de un punto de quiebre en el vínculo a partir del cual será muy difícil reconstruir lazos.Si Milei dijo que vamos juntos en todos lados, o si no iremos separados, con esto está claro que iremos separados”, concluye una figura del gabinete nacional que bregaba por la unión.

Martín Menem, Karina Milei, Pilar Ramírez y Sebastián Pareja, durante el acto del miércoles de LLA en Floresta

El jefe de gobierno tiene argumentos para la rebeldía. Casi estuvo a punto de naufragar su presupuesto por la oposición de LLA y del bullrichismo, y lo terminó de aprobar gracias al apoyo de los libertarios disidentes, una expresión nítida de su debilidad legislativa. Le responden 12 de los 60 legisladores, y la bancada oficialista tiene más aliados que propios. “¿Cuál es el negocio de que nosotros apoyemos todo lo que mandan al Congreso y ellos en la Legislatura juegan a ser opositores?”, interrogaba un funcionario porteño con cierta lógica. Pero la razón política de fondo de la movida es tratar de inocular a la ciudad de lo que presumen será un triunfo claro de LLA a nivel nacional. Es el temor de que ante una ruptura del vínculo, Pro pierda por primera vez en territorio porteño desde 2007. Si no es un gesto de debilidad, se le parece bastante. Tampoco los libertarios tienen muchas figuras para una elección desdoblada. Quien mejor mide para legislador es Ramiro Marra, que está afuera del esquema que organiza Karina Milei con Pilar Ramírez.

Lo que se avecina es una guerra sin cuartel entre los libertarios y el macrismo en la ciudad. En la Casa Rosada tienen una visión muy negativa de Jorge Macri y le pronostican “problemas de gobernabilidad”. Quizás preámbulos de una descomposición que ya empezó a expresarse en las últimas semanas. El polémico pase de Diego Kravetz, la posterior difusión de un video en el que el nuevo subsecretario de la SIDE le pega a un joven en la calle, el cruce de acusaciones por la fuga de los detenidos que terminó con el descabezamiento de la policía metropolitana, son derivaciones de una disputa que se avecina compleja y que tiene en el ámbito de la seguridad un territorio muy sensible.

La nueva cúpula policial tras la destitución de Pablo Luis Kisch , el comisario que fue desafectado de su cargo tras la fuga de presos de la comisaría de la calle Gana al 400 en el barrio de LiniersGCBA

La gestión porteña en la materia está bajo estado de shock, al punto de que fue el único tema que llegaron a conversar con cierta fluidez Jorge Macri y Patricia Bullrich. La excusa fue la llegada de Ezequiel Daglio (cercano a la ministra) como número dos de Waldo Wolf; el motivo de fondo fue cómo evitar que se produzca un desborde que termine perjudicando a ambas gestiones. También la reestructuración del gabinete porteño sigue generando ruido, con foco especial en el tormentoso corrimiento de Néstor Grindetti, quien pasó de ser jefe de Gabinete a no tener ni oficina para el cargo que le inventaron.

Jorge Macri percibe que su gestión está en un momento delicado y que necesita revitalizarla para tener chances electorales. Pero lo novedoso es que dio un paso nítido en el sentido de proyectarse como una fuerza autónoma el año próximo, el primer gesto claro de preparativo para competir contra los libertarios. Se transformó en el referente del ala rebelde dentro del partido, al cual ahora se acopló su primo después de varias tensiones intrafamiliares. Ayer Jorge Macri lo dijo en forma explícita: “No me gusta que me inviten a ser parte con un condicionante absoluto”.

Kravetz, con Bullrich y Grindetti, en la campaña de 2023

Milei ve cada vez más lejos la posibilidad de un entendimiento con la cúpula de Pro y prioriza su vinculación con los sectores internos más dialoguistas. “A pesar de los deseos del Presidente, ellos van a hacer que nos lleven a lugares distintos. Nosotros nos entendemos muy bien con los gobernadores y con los bloques legislativos”, provocan en su entorno, dando a entender que aspiran a una convergencia con el macrismo sin los Macri.

Hay dos miradas para proyectar la evolución de esta relación descompuesta. Los acuerdistas piensan que la foto de hoy expresa las tensiones propias de los posicionamientos de dos fuerzas distintas, pero que al final del camino su objetivo común de derrotar al kirchnerismo los va a terminar por unir, en línea con lo que demanda su electorado.

Javier Milei posa con una espada de los Thundercats que le regalaron en el programa de Alejandro Fantino

Los más puristas, en cambio, sostienen que es muy difícil una construcción común cuando se habla en dos idiomas distintos. Para Pro, esas diferencias significan institucionalidad y republicanismo, un activo cultivado por Macri para demostrar que sin su apoyo la confianza internacional y de los mercados hacia el Gobierno podría desplomarse. Esto, traducido al lenguaje libertario quiere decir detallismo en las formas para ocultar tibieza en el fondo. LLA se autopercibe como una fuerza “rompesistema” que busca quebrar el status quo y los intereses del macrismo. Bajo esta óptica, es mucho más importante mantener una identidad definida y diferenciada que una alianza que los desperfile. Todo es cuestión de esperar a que pase el tiempo y vayan saltando de a uno al arca de Javier. Desde esta perspectiva, sería más importante absorber el capital simbólico del macrismo hasta diluirlo, que desesperarse con un pacto estructural para derrotar al kirchnerismo. Son dos objetivos contrapuestos entre los que Milei deberá optar.

El tuit que publicó Axel Kicillof tras la frustrada sesión de la Legislatura bonaerense, en la cual encallaron la ley de presupuesto y el endeudamiento provincial, es una crónica decepcionada de una negociación fallida, atribuida a la falta de voluntad real de la oposición. Allí relata con detalle todos los pedidos de cambios que le hicieron y cómo les dio respuesta a cada uno de ellos. Ayer fue más virulento y acusó a Milei de querer “quebrar la provincia”. Parecieron gestos de impotencia.

Entrega de viviendas de Axel Kicillof Fernando EspinozaNicolás Suárez

Desde la oposición apuntan en otro sentido para explicar el fracaso. “El problema fue que La Cámpora no está dispuesto a acompañarlo si no dice claramente que no va a desdoblar la elección provincial. Le hicieron bullying todo el tiempo”, relata con crudeza un viejo baqueano del conurbano, que se encargó de subrayar que el traspié se produce en el primer presupuesto que Kicillof busca aprobar desde que se enfrentó al kirchnerismo. Pareciera un síntoma de debilidad. En La Plata aseguran que no percibieron ninguna acción conspirativa del kirchnerismo, pero ayer cuando le preguntaron por las obstrucciones internas, el gobernador eludió una respuesta directa. Revelaría una hipótesis mucho más sombría: se trataría de Cristina buscando la claudicación de Kicillof para frenar cualquier intento de autonomía. Impensable.

El tema del desdoblamiento en la provincia tiene una lectura desde la arquitectura electoral y otra desde la política pura. Bajo un prisma, hay que esperar a que se defina si se mantienen las PASO a nivel nacional o no. Si se suspenden o eliminan, hay más posibilidades de un desdoblamiento. Las recientes señales de Pro, en el sentido de acompañar la suspensión, liberó al peronismo de su mudez y abrió un camino que parecía cerrado. Si además de votar con Boleta Única a nivel nacional, se extirpan las PASO y se separan los comicios locales, la Argentina se encamina a un big bang electoral de consecuencias múltiples e impredecibles. Se trataría de un experimento inédito que en la provincia puede terminar en un caos.

Sesión de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. Tratamiento de presupuesto provincialNACHO AMICONI�

Pero más allá de las cuestiones organizacionales, subyace una valoración profundamente política en la decisión que adopte Kicillof. Al igual que en el ejemplo de Jorge Macri, desdoblar significa emanciparse, en su caso, de Cristina. Es el gesto que le reclaman con insistencia los que quieren verlo liderar otra renovación peronista; quienes quieren construir un nuevo liderazgo donde todavía habita un gobernador con aspiraciones. Kicillof sabe que es una decisión definitoria para su carrera política. Si da el paso al frente, se embarcará en una guerra de guerrillas con La Cámpora en toda la provincia, con muchos riesgos en materia de gobernabilidad. El conurbano transformado en Saigón.

Si no lo hace, corre el riesgo de diluir su chance de mostrarse como el nuevo referente del espacio. Bajo ese razonamiento ayer lo chicaneó un legislador de origen peronista, hoy opositor. “Axel, el presupuesto no te lo aprobaron tus jefes de La Cámpora. No te hagas (o seas) el zonzo. Vas a renunciar a desdoblar las elecciones y vas a terminar sometido como Scioli y Alberto Fernández, o sea, mal”. Firmado: Joaquín de la Torre.

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