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ABBA, en Eurovisión por los 50 años del triunfo de Waterloo… pero como hologramas

Ni Agnetha Fältskog, ni Björn Ulvaeus, ni Benny Andersson ni Anni-Frid Lyngstad, ninguno de los miembros de ABBA ha reaparecido físicamente este sábado en la final de Eurovisión 2024 para celebrar los 50 años del triunfo en este concurso de Waterloo.

Muy esquivos con este tipo de reuniones, el grupo ya había asegurado que no acudiría a la cita, pero se esperaba alguna sorpresa de último momento por la oportuna coincidencia de que el aniversario redondo de su tema fetiche tuviera lugar en la sede sueca.

En su lugar, ha sido un trío de excampeonas de Eurovisión quienes han interpretado la canción: las suecas Carola y Charlotte Perrelli y la austríaca Conchita Wurst.

La última vez que los cuatro integrantes de este referente sueco comparecieron juntos fue en mayo de 2022, cuando presentaron el último disco de la banda, Voyage, y el espectáculo londinense protagonizado por sus «abbatares» holográficos.

En Malmo (Suecia) las ya ganadoras  Charlotte Perrelli, Carola Haggkvist y Conchita Wurst, en el homenaje a ABBA. Foto EFEEn Malmo (Suecia) las ya ganadoras Charlotte Perrelli, Carola Haggkvist y Conchita Wurst, en el homenaje a ABBA. Foto EFEPrecisamente ése ha sido el mecanismo que ABBA ha utilizado para volver a la vida pública también este sábado en Eurovisión 2024. Con las voces verdaderas de los cuatro miembros del grupo, sus avatares han revivido sus recuerdos de cómo fue y lo que supuso aquella emblemática victoria, la primera para su país de las siete que acumula actualmente.

«Waterloo», un gran triunfo

Waterloo se alzó con el triunfo en 1974 en Brighton (Reino Unido) con una propuesta que marcó la pauta de lo que a partir de entonces se empezó a considerar «eurovisivo».

Secundados por un director de orquesta vestido de Napoleón, en honor al protagonista de la batalla que sirvió de metáfora sentimental para la canción, presentaron una moderna y contagiosa producción, con una sencilla pero icónica coreografía, una guitarra con forma de estrella concebida para la ocasión y un colorido vestuario.

Charlotte Perrelli, Carola y  Conchita Wurst. Foto APCharlotte Perrelli, Carola y Conchita Wurst. Foto AP «¡Ese vestuario era tan ajustado!», se ha quejado el avatar de Fältskog al recordar el momento de la victoria.

Aquel fue además el primer año en que en Eurovisión se permitió que los países participantes cantaran en otra lengua que no fuese la oficial de sus territorios. Ellos escogieron interpretar el tema en inglés, alcanzando el número 1 en países como Reino Unido o Alemania federal y repercusión en territorios tan alejados entonces del festival como Sudáfrica o los Estados Unidos.

Ya habían publicado dos álbumes, incluido el homónimo Waterloo (1974) poco antes, y en los siguentes siete años lanzaron otros seis con éxitos como Mamma Mia, Dancing Queen, Take A Chance On Me, Super Trouper, Chiquitita o The Winner Taked It All.

A partir de 1982 anunciaron su separación, pero ya habían sembrado la semilla de la exportación de talento sueco al resto del mundo, con Roxette, Europe, The Cardigans, Ace of Base, Robyn, Swedish House Mafia, Lykke Li, Avicii o el productor Max Martin, algo que precisamente ha celebrado el arranque de la gala de este sábado.

En ella hubo otra reaparición de justicia, la del veterano Björn Skifs, del grupo Blue Swede, para cantar su versión del tema Hooked On a Feeling, con la que consiguieron el primer número uno en EE.UU., precisamente el mismo año de la victoria de Waterloo, lo que silenció en parte la dimensión de esta hazaña.

Con información de la Agencia EFE

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