Hace mucho, mucho tiempo, no en una galaxia muy lejana sino en la nuestra, Steven Spielberg dirigió Tiburón (1975), la película que se convirtió en un éxito instantáneo y que acuñó el término blockbuster. Y ahora En las profundidades del Sena, nuevo thriller de Netflix, que flota pero no se hunde, le agrega actualidad a un género hiper transitado.
En el filme de Spielberg el jefe de policía, el jefe Brody (Roy Scheider) quiere cerrar las playas de la isla de Amity cuando descubre que hay un tiburón atacando a los bañistas. Pero, recordarán, su propuesta es rechazada por el alcalde, que bajo ningún punto de vista quiere perderse el arranque de la temporada veraniega allí, en Long Island, siendo la principal fuente de ingresos de la localidad turística.
Para redondear: a Brody lo acompañarán un ictiólogo y un sabio pescador para pescar al escualo.
¿Qué sucede ahora, casi 50 años más tarde, en En las profundidades del Sena? En tiempo presente, o casi, a poco de que se inaugure el triatlón de los Juegos Olímpicos, donde centenares de nadadores se lanzarán a las aguas del río que recorre la Ciudad Luz, surge la duda. ¿Hay un tiburón en el Sena?
Bérénice Bejo que es Sophia, especialista en tiburones, descubre algo inesperado. Fotos NetflixY otra vez será el poder político, en este caso, la alcaldesa de París, la que ante las evidencias decide no informar a la prensa, por motivos cuestionables como preservar la fiesta olímpica sabiendo que puede costar vidas.
Y si en Tiburón había un especialista en el estudio de los peces, tanto marinos como de aguas continentales, aquí tenemos a nuestra compatriota (porque nació en Buenos Aires) Bérénice Bejo tratando de hacer entrar en razón a la alcaldesa.
Bejo, que fue candidata a un Oscar por El artista, de su marido, Michel Hazanavicius, es en esta ficción Sophia Assalas, otra especialista en peces, en particular, tiburones, que hace tres años sufrió la muerte de su pareja y de parte de la tripulación de buceadores, por un ataque de tiburón.
Lilith hace de las suyas justo, pero justo en los Juegos Olímpicos.Sophia, tres años después, no entiende cómo Lilith, como bautizó al tiburón hembra que ella monitoreaba, había crecido tanto. Cambio climático, no me lo digan, es la razón de que se haya tenido que readaptar, y ahora está allí, en las catacumbas debajo de París… o en el mismísimo Sena, buscando refugio después de que la contaminación del océano la expulsara del agua salada.
Cambio climático, Juegos Olímpicos de París…
Sophia se encuentra atrapada entre la policía y un movimiento activista impulsado por jóvenes, capitaneado por Mika, que trata de salvar a los peces, y que monitorea a Lilith. Y las sorpresas no tardarán en llegar.
Seguramente En las profundidades del Sena, que en verdad no es tan profundo: son solo 5 metros, no le debe haber caído muy simpático a Ana María Hidalgo Aleu, la alcaldesa real, que gobierna París desde 2014. No importa. Lo que si importa es que la película de Xavier Gens (dirigió algunos episodios de la serie Lupin, también de Netflix) tiene suficientes escenas de ataque del escualo, algunas mejor resueltas que otras, esto quiere decir que no se note tanto la posproducción, el trabajo de efectos especiales.
La película tiene producción. Y se nota.Ya en la muerte del marido de Sophia, deja una señal de su gusto particular el director. Observen cómo se hace explícita por una mano y antebrazo flotando con un anillo de bodas…
Un detalle, nomás.
Qué cara, qué gesto. Sophia y algo que no entiende.¿Vale la pena sentarse a ver los 104 minutos de En las profundidades del Sena? La película tiene ritmo, golpes de efecto y diálogos imposibles, pero hace honor al género y dentro del nuevo catálogo de Netflix en materia cinematográfica, que hace una semana estrenó otra de un monstruo, Godzilla Minus One, bien vale darle una oportunidad.
“En las profundidades del Sena”
Buena
Terror / Acción. Francia, 2024. Título original: “Sous la Seine”. 104’, SAM 13. De: Xavier Gens. Con: Bérénice Bejo, Nassim Lyes, Léa Léviant, Sandra Parfait. Disponible en: Netflix.