El Gobierno confirmó que un episodio ocurrido durante los festejos de Navidad desencadenó un fuerte cruce diplomático con la Embajada de Rusia. Dos diplomáticos del país liderado por Vladimir Putin se negaron a someterse a un control de alcoholemia mientras circulaban por la Avenida Libertador, en el barrio de Recoleta.
Este comportamiento derivó en una prolongada tensión en el lugar y posteriormente en un reclamo formal de la representación rusa. Según explicó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el Ejecutivo recibió “una nota bastante fuerte” por parte de la embajada rusa, que fue respondida por el canciller Gerardo Werthein.
No obstante, la funcionaria aclaró que posteriormente lograron entablar un diálogo más tranquilo para abordar el conflicto.
En medio de la tensión que bloqueó el procedimiento durante horas, se dispuso el envío de efectivos especializados de la Policía Federal Argentina (PFA) para facilitar una salida pacífica. Según Bullrich, los policías escoltaron los vehículos hasta la embajada rusa con el fin de garantizar que se cumpliera el procedimiento sin violar la inmunidad diplomática.
Sin embargo, la ministra también reveló que la situación podría haberse agravado: “En un momento, quienes estaban a cargo del control de tránsito, que no son policías, tenían la intención de romper los vidrios de los autos, lo que hubiera generado un problema grave”.
Pese a las medidas adoptadas para resolver el conflicto, Bullrich señaló que hubo poca cooperación por parte de los diplomáticos involucrados. “Sin duda, podrían haber estado un poco más abiertos a colaborar”, afirmó la ministra. Además, enfatizó que, a pesar de las dificultades, el Gobierno argentino logró manejar la situación sin transgredir los acuerdos internacionales.
Los diplomáticos rusos causaron una insólita situación en Navidad
El incidente comenzó cuando los diplomáticos decidieron “atrincherarse” dentro de sus vehículos y se negaron a colaborar con los agentes de tránsito. Bullrich señaló que, aunque el control fue un procedimiento prolongado, se actuó con cautela y en pleno respeto a la Convención de Viena, que protege la inmunidad diplomática.
“El objetivo era poder sacar el foco de la situación, trasladar los autos a la embajada y que allí se continuara el procedimiento”, explicó la ministra. Asimismo, destacó que el accionar de la Fiscalía de Flagrancia impidió el secuestro de los vehículos, ya que ingresar en ellos habría constituido una violación al tratado internacional.
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