“El Presidente fue claro cuando se presentó el presupuesto: cuando uno destina recursos tiene que tener claro cuál es la fuente de financiamiento. En la ley que se aprobó, eso no está explicitado, y es justamente para el presupuesto de este año en particular. No es potestad mía definir el veto. Eso es algo que el Presidente hará cuando él lo disponga”. Con estas palabras, el secretario de Educación de la Nación, Carlos Torrendell, le hizo un guiño al veto a la ley de financiamiento universitario que el Presidente Javier Milei tiene hace días bajo la manga.
El Secretario se refirió a este y otros temas (todos ligados a lo que él mismo tituló como los “Nuevos paradigmas de políticas educativas”), en el marco de una serie de disertaciones semanales que organiza el Rotary Club de Buenos Aires, en el Sheraton Libertador, frente a periodistas y un grupo numeroso de «rotarios», como le llaman a los socios de esa comunidad.
Sus palabras cobran profundidad en el contexto de los distintos paros docentes que se vienen desplegando a nivel nacional, los paros universitarios previstos para el 26 y 27 de septiembre y la convocatoria para el 2 de octubre a una segunda marcha universitaria para reclamar por un mayor presupuesto.
Lo de la fecha de la marcha no es menor. Clarín logró cruzar unos segundos con el Secretario, previo al inicio de la disertación. Como es conocido el tironeo que el ministerio de Capital Humano (que alberga la secretaría de Educación) viene teniendo con la cartera de Economía con respecto al presupuesto para las distintas áreas, se le preguntó a Torrendell por su posición personal con respecto al inminente veto presidencial.
«La marcha es el 2, pero el Presidente puede vetar hasta el 3«, lanzó, y adelantó el argumento que luego subrayaría públicamente en su exposición: que para decidir destinar recursos a algo hay que predefinir de dónde van a salir.
El secretario de Educación de la Nación, Carlos Torrendell, junto a Jorge González Zuelgaray, presidente del Rotary Club Buenos Aires.“No me corresponde opinar, pero sí hay un argumento en el que uno dice ‘perfecto: qué vamos a dejar de gastar para aplicar esos recursos al aumento de las universidades‘. Lo mismo el año que viene, respecto del presupuesto universitario, que algunos ya dicen que es insuficiente. Algunos legisladores lo están diciendo. Excelente: la propuesta es que en el Congreso se defina de dónde se va a sacar, en esta lógica del déficit cero, para ver cómo se va a aumentar el presupuesto para los salarios», apuntó Torrendell.
Financiamiento y autonomía universitaria
El apartado dedicado a las universidades fue el cierre de su disertación de media hora, tras ahondar en lo que Torrendell llamó «pasos» o «trazos gruesos» sobre lo que habría que hacer para reinstaurar una gestión educativa razonable.
Un cambio que -subrayó especialmente- no implica el señalamiento a uno u otro protagonista del sector: «El problema de la educación argentina no son los docentes, no es cada escuela, no es la universidad, no son los funcionarios: es la política educativa». En síntesis, reforzó, «el problema no es un actor en particular que haya determinado este resultado».
Cuando el secretario de Educación introdujo el tema universidades, bromeó aclarando que “es el tema de moda”, y se mostró firme en una posición que quizás despierte polémica: que es necesario “pasar de las universidades dependientes de la política partidaria y de los gobiernos de turno a través de la lógica del presupuesto a la verdadera autonomía universitaria, lo que implica su descorporativización y una autonomía económica”.
«Todos en el Gobierno venimos de las universidades y queremos a las universidades. La universidad es la esperanza y es la cúspide de nuestro sistema educativo y en donde todos tenemos que apostar», concedió Torrendell, y luego sumó: «Tenemos que hacerlo fortaleciéndolas, y no poniéndonos al servicio de intereses particulares”.
Sobre el tema «financiamiento», citó algunas ideas de José Manuel Estrada, escritor, político e intelectual del siglo XIX (en cuya obra se especializa Torrendell), que prometen foguear el debate entre las universidades y el Gobierno. Partió de la idea de Estrada de que «un patrimonio universitario es la base de su emancipación”.
Tirando de esa piola, Torrendell enfatizó que para que haya “verdadera autonomía (universitaria), debe haber autarquía económica”, y —siempre recordando que citaba a Estrada— sumó esta idea: que “la universidad debe ser asalariada para ser esclava”.
El sentido de ese pasaje es que, mientras las universidades continúen en la línea de tener que negociar cada año su presupuesto en el Congreso, seguirán siendo rehenes (o esclavas) de los distintos poderes políticos (es decir, sin verdadera autonomía).
Rápidamente pidió que sus dichos no fueran interpretados por los periodistas presentes como una posición o una iniciativa del Gobierno. “No digo que haya que cambiar ya la política de financiamiento universitario”, matizó Torrendell, pero agregó que, sin embargo, “ya Estrada veía y anticipaba estos problemas”.
Desafíos de la educación pública y privada
Torrendell dedicó algunos minutos a hablar de distintos desafíos que le competen al sistema educativo argentino. Por ejemplo, en cuanto a lo que definió como “una mala articulación entre lo público y lo privado”.
Hay que hacer “otro cambio”, dijo: “Pasar de lo público vs. lo privado a lo público y lo privado. Y de lo público (público pero estatal, capturado muchas veces) a un proceso de desprivatización de lo estatal”.
“Se habló mucho del Estado presente, pero el Estado ha sido capturado, coporativizado.. Detrás del discurso de lo público se esconden corporaciones”, apuntó.
Del mismo modo (pero al revés), “hay que desestetatizar la educación privada, otro desafío enorme”.
Los otros temas que tocó involucran ideas que hacen al pensamiento madre de Torrendell, un reconocido especialista en pedagogía y políticas educativas. Una de ellas es la necesidad de “pasar de un Estado educador, en donde hay hegemonías muy fuertes, a un pluralismo educativo con base humanista”.
“El mismo Estrada entendía que era necesaria una presencia más fuerte del Estado. Esto dio pie a un crecimiento enorme”, dijo Torrendell, pero apuntó que esto “también dio pie a abusos de parte del Estado educador; una dinámica positiva y abusos”.
Descentralizar la educación
“Por el cambio cultural, no podemos quedar restringidos al concepto del Estado educador”, dijo el Secretario y aclaró que “esto no significa que el Estado desaparezca”. Habló en cambio de descentralizar el sistema educativo, en el sentido de que “ningún actor monopolice la Educación”.
El rol del Estado es “clave, pero no debe ser hegemónico. Debe haber una articulación con la sociedad civil”, remarcó el encargado de la cartera de Educación.
“El Presidente ha sido claro. Dijo ‘plata no hay’, precisamente. Pero lo que sí hay es una voluntad fuerte de, con total honestidad -aun en un contexto de diferencias- llevar adelante políticas educativas en común, y es lo que ha pasado”, dijo.
“En estos meses, consideramos haber trabajado en un clima óptimos”, evaluó Torrendell, en alusión al trabajo con las provincias. Lo dijo más allá de los cortocircuitos con las universidades, que crecen con fuerza en estas horas y, todo indicá, se incrementarán.
PS