En medio del ajuste fiscal y la inflación desmadrada buena parte de la suerte del nuevo gobierno se jugará en el 2024 en el sector externo. Después del golpe de la sequía en el año que termina, los planetas se alinearon y todos los pronósticos coinciden en que las exportaciones mostrarán una fuerte recuperación en el 2024, que el traerá al país al menos un ingreso adicional de US$ 20.000 millones.
Esto se combina a la vez con un dólar alto, al menos en el arranque de la presidencia de Javier Milei, que encarece las importaciones y que junto con la recesión que profundizará el ajuste llevará a que las compras externas se desaceleren.
Así, los economistas estiman que el país pasará de tener un déficit comercial de US$ 8.000 millones este año a un saldo favorable de entre US$ 15.000 y 24.000 millones en el año que arranca.
¿Este saldo comercial elevado será suficiente para estabilizar al economía y ponerle freno al dólar? Para los economistas es un buen comienzo, pero no alcanza para dar el partido por ganado.
El 2023 cierra con un déficit comercial de US$ 8.000 millones. Para el nuevo año, Ecolatina pronostica un superávit de US$ 15.000 millones, LCG apunta US$ 22.000 millones y Analytica a US$ 24.000 millones.
«De cara a 2024, esperamos un robustecimiento del saldo comercial producto del repunte del agro, la reversión del déficit energético y la abrupta caída en la actividad e importaciones que implica el plan de ajuste fiscal y devaluación instrumentado por el gobierno hasta el momento», plantea Ecolatina.
El repunte de las exportaciones vendrá de la mano del campo. David Miazzo, economista jefe de la Fundación FADA, detalla que en 2024 las exportaciones de todas las cadenas agropecuarias y agroindustriales rondarán los US$ 50.000 millones. De esto US$ 35.000 millones corresponden a granos y todo el resto a carnes, economías regionales y otros productos.
«No será una cosecha récord, pero probablemente se encuentre entre las tres mejores de la historia. En granos estará entre 130 y 140 millones de toneladas. Para llegar a ser récord tendría que superar los 140 millones, pero nadie está manejando ninguna estimación de ese tipo», dice Miazzo.
Si bien el campo aparece una vez más como el salvavidas de la economía en un contexto en el que las proyecciones indican que la industria y los servicios tendrán un año recesivo, Miazzo puntualiza que «por sí solos estos US$ 10.000 o US$ 12.000 millones adicionales que va a haber en el 2024 versus 2023 difícilmente alcancen para encauzar la crisis, pero si podrán aportar una mayor oferta de dólares y contribuir a la estabilidad».
Ricardo Delgado, director de Analytica, anticipa que en 2024 las exportaciones pasarán de los US$ 65.000 de este año a US$ 88.000 millones. «A la vez hay una fuerte contracción de las importaciones, producto de la caída de la actividad, que nos va a dar un saldo comercial de US$ 24.000 millones».
Desde Abeceb estiman exportaciones totales por US$ 85.300 millones, 26% más que el año anterior. Las ventas externas estarán «traccionadas principalmente por la reversión de la sequía y por un tipo de cambio real que se mantendrá en un nivel históricamente elevado a lo largo del año».
Además del agro, destacan que el sector energético, con exportaciones totales por US$ 10.800 millones, tendrá un crecimiento del 37% contra 2023 explicado principalmente por una mayor exportación de petróleo crudo producido en Vaca Muerta. Y el sector minero exportará US$ 4.300 millones en 2024, con una expansión de un 11% gracias a un aumento en la producción de litio y al efecto precio.
Por otro lado, las importaciones mermarán en 2024 (una baja en torno al 7% interanual) a un monto de US$ 69.500 millones, explicado principalmente por la caída de la actividad y el alto tipo de cambio real (sumando a la devaluación la suba del impuesto PAIS).
¿Alcanza?
Para Delgado con este aluvión de dólares no alcanza para salir dela crisis. «Todavía falta financiamiento para encarar la estabilización que necesitamos. Es un buen comienzo, pero se va a necesitar todavía más financiamiento para tener una caja robusta en el Banco Central que permita apreciar el tipo de cambio real y bajar la inflación».
El economista remarca que «no hay lucha contra la inflación que sea duradera si no hay reservas que permitan que la relación pesos/dólar se fortalezca. Hace falta mejorar las reservas netas negativas. Para lograrlo no van a alcanzar los dólares del superávit comercial, porque a esa cuenta hay que restarle el déficit del sector servicios y todos los pagos externos. También hay que ver qué va a pasar con el Fondo Monetario y con los dólares que hay que pagarles a los privados».
Tras la marcada devaluación de diciembre, la estrategia del ministro Luis Caputo y del presidente del Banco Central Santiago Bausili es aplicar una corrección del 2% mensual sobre el tipo de cambio. Con la inflación corriendo cerca del 30% en diciembre y con cifras cercanas al 20% en enero y febrero, el riesgo de que el salto de los precios se coma a la devaluación es relevante.
«Creo que va a haber alguna corrección adicional en el tipo de cambio en enero y febrero, porque con estos niveles de inflación en algún momento el carry trade se va a dar vuelta. Y habrá que ver cuáles son los incentivos que tienen los productores para vender cuando llegue la cosecha gruesa en abril/mayo».
Para el 2024, el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central pronostica una contracción del PBI del 2,4%.
«Es muy difícil que en medio de este ajuste de la macro se generen todos los dólares que se necesitan para que la economía vuelva a arrancar», apunta Delgado. Y agrega que la apuesta del gobierno es conseguir divisas adicionales.
«La tensión cambiaria va a seguir estando en 2024 porque vamos a tener más dólares sí, pero no todos los que la economía necesita».
«Con eso no alcanza, por eso el Gobierno está buscando, aunque no lo vocifere, inversiones externas o mas dólares como sea, por ejemplo, a través del blanqueo», sostiene Delgado.
Aunque la posibilidad de que el gobierno obtenga financiamiento es esgrimida por algún funcionario de tanto en tanto, por ahora no hay nada concreto. «No veo que haya chances de que Argentina pueda volver al mercado en 2024. No hay ningún apetito para tomar deuda argentina, hasta que el riesgo no se acerque a 1000 punto básicos va a ser muy difícil», resume Delgado.
Y refuerza con que «lo más crítico es este período hasta que empiecen a entrar los dólares de la cosecha. Hay que pasar este primer Rubicon. Si logra pasarlo de manera sólida, el gobierno puede lograr una confianza adicional que le permita tener más financiamiento. Sin financiamiento, el ajuste no alcanza».
Para Juan Ignacio Paolicchi, economista de Empiria, los dólares adicionales del 2024 «van a ayudar es a acelerar la velocidad a la cual se podría levantar el cepo. Cuántas más reservas tenga el Banco Central más rápido se puede levantar el cepo porque más capacidad de fuego tiene para que el tipo de cambio no sea un barrilete».
«Esos US$ 24.000 millones van a ayudar en ese sentido, yo lo veo como un aspecto muy positivo. Si el Central logra acumular reservas esto va a ayudar a que el ajuste sea un poco más gradual y la inflación pueda bajar un poco más rápido», remarca Paolicchi.