Los argentinos que se van del país y vienen a Estados Unidos para trabajar y comenzar una nueva vida tienen al menos una recompensa: son los inmigrantes hispanos que más ganan aquí y la mayoría tiene casa propia, según un reciente estudio que ubica su salario en una media de US$ 80.000 anuales.
Quizás por haber vivido muchas crisis económicas y sociales desde la infancia, la mayoría de los inmigrantes argentinos se adapta con rapidez a las reglas estadounidenses y a la vez, con gran capacidad de trabajo, tienen flexibilidad y visión para ver las oportunidades y crear negocios y emprendimientos nuevos. Hay muchas historias de éxito de profesionales, emprendedores, docentes y expertos del mundo de las finanzas, entre otros ámbitos.
La comunidad comparte mates, medialunas y vinos y en algunos lugares se aglutinan en barrios como la “pequeña Buenos Aires” en Miami. Celosos de mantener las costumbres y tradiciones, muchos envían a sus hijos a las escuelas argentinas en Washington, Nueva York, Los Angeles, Connecticut y Miami para que mantengan el idioma y estudien la historia del país con los programas oficiales argentinos.
El prestigioso centro de análisis Pew Research Center publicó una radiografía de la migración hispana en Estados Unidos, basada en datos del último Censo estadounidense de 2021.
Señalan que son 290.000 los que se identificaron como hispanos de origen argentino que viven en Estados Unidos y esto incluye a los inmigrantes de Argentina y a aquellos que remontan su ascendencia familiar a nuestro país, o sea hijos de argentinos que, habiendo nacido en territorio estadounidense, se identifican como compatriotas.
Dónde viven los argentinos que emigraron a EE.UU.
Los argentinos que viven aquí son una comunidad pequeña, en comparación con los millones de mexicanos, portorriqueños, salvadoreños y de otros países latinoamericanos. De hecho, son la 14ª población de origen hispano que vive en los Estados Unidos y representa menos del 1% de la población hispana de los Estados Unidos en 2021. Una fuerte ola migratoria sucedió tras la crisis del 2001, cuando la población de origen argentino aumentó un 169%, pasando de 110.000 a 290.000. El estudio no contempla la ola de migrantes tras la pandemia.
Buena parte de ellos han plantado raíces en el país. El 53% de los argentinos que llegaron a EE.UU. ya han vivido aquí durante más de 20 años y el 59% ya son ciudadanos estadounidenses. Están concentrados mayormente en Florida (23%), California (20%), Nueva York (10%), Texas (8%) y Nueva Jersey (6%).
Parte de la comunidad argentina en Washington, celebrando hace un año el Mundial de Fútbol que ganó la Selección.Los compatriotas son los inmigrantes hispanos que más ganan, con una media anual de US$ 80.000. Lo siguen los costarricenses con 75.000 y los españoles con 73.000. Los que menos salario reciben son los hondureños y dominicanos, con 50.000. Además, la mayoría de los argentinos pudo cumplir el sueño de la casa propia: 62% ha logrado comprarse una vivienda (superando la media de 51% de los inmigrantes hispanos).
Mark Hugo López, director de Investigación de Raza y Etnicidad de Pew Research Center, explica a Clarín que la cifra de US$ 80.000 está actualizada a este año, ya que en 2021 era US$ 62.000.
Ciudadanos y de alto nivel educativo
Otra característica importante es que tienen alto nivel educativo. Según Pew, el 46% de los argentinos que viven en EE.UU. tiene al menos un título universitario, mientras que un 20% de los inmigrantes hispanos en general tienen ese grado. De hecho, son los segundos inmigrantes latinos más educados, solo detrás de los venezolanos (un 57% tiene grado universitario).
Consultado sobre los motivos del mayor ingreso respecto de los otros grupos hispanos, López señala que “los inmigrantes argentinos en Estados Unidos tienen niveles de educación más altos en comparación con otros inmigrantes latinos y han estado en Estados Unidos por más tiempo. También tienen más probabilidades de tener la ciudadanía estadounidense (el 59% la tiene en comparación con el 41% entre todos los inmigrantes latinos). Todas estas características están vinculadas a mayores ingresos”, señala.
Por su educación y por su situación legal tienen trabajos más calificados. López explica que “el 24% de los inmigrantes argentinos trabaja en administración o negocios, el 14% trabaja en empleos educativos, legales y de servicios comunitarios y el 8% están en trabajos de ventas”. El resto se mueve en sectores donde proliferan hispanos de otros orígenes como construcción, limpieza de edificios o terrenos y transporte.
David Cook-Martín, profesor y presidente del Departamento de Sociología de la Universidad de Colorado, destaca: “Estados Unidos es una sociedad tan clasista como otras e importan mucho los niveles de educación, ingresos anuales, riqueza inmobiliaria, y dominio del inglés. Los niveles de educación entre los inmigrantes argentinos son mayores que los de la comunidad hispana que integran. Y en EE.UU., la educación sigue siendo un factor determinante de trayectorias y resultados socioeconómicos. De hecho, los datos del censo indican remuneración anual más alta para la comunidad argentina. Los argentinos también tienen mayores índices de ser propietarios de sus casas. Y los adultos argentinos dominan el idioma inglés con mayor frecuencia que otros hispanos. Estos son los factores que distinguen a los argentinos y sus hijos en los Estados Unidos”.
“Me da la impresión de que los argentinos están sobrerrepresentados entre dueños y gerentes de pequeñas empresas, aunque los argentinos más jóvenes y/o de segunda generación, siguen trayectorias laborales y profesionales muy parecidas a las de otros jóvenes de perfil socioeconómico similar”, añade.
Anahí Viladrich, catedrática e investigadora (socióloga y antropóloga médica) en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, señala a Clarín que “ha habido una inmigración de intelligentsia de argentinos que no es nueva, pero que se incrementó sobre todo a partir de que caducara el visa waiver (en el 2001), un programa que facilitaba el ingreso a los argentinos sin visa a los EE.UU”.
“A las dificultades para ingresar y permanecer legalmente en los EE.UU., se le suma el hecho de que el gobierno americano prioriza la inmigración legal ‘de excelencia’, lo cual ha facilitado el arribo (y permanencia) de argentinos con títulos de posgrado y que se insertan tanto en la academia como en empresas en donde se valora el capital humano y cultural”, agrega.
Explica que “las crisis recurrentes en la Argentina han generado un efecto al que he denominado ‘extended settlement’ (asentamiento prolongado); es decir, argentinos que quieren volver a su tierra, y lo planean a futuro, pero que terminan quedándose en los EE.UU. dado que el escenario argentino no les ofrece estabilidad ni las mismas condiciones económicas. Esto último es muy común en muchas poblaciones migrantes (incluidos los miembros de la colectividad argentina) que reproducen el ‘mito del retorno’, que se expresa como un deseo que nunca se llega a concretar o se posterga indefinidamente en el tiempo”.
Washington. Corresponsal
AS