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El ajuste en educación de 2001: la cara de bulldog de Ricardo López Murphy y aquel intento por evitar el default

“No era un momento de farra. El gesto en mi cara de ese día transmitió lo que pasaba. La situación era dramática”.

Así recuerda Ricardo López Murphy aquellas horas en las que transcurrió el anuncio del 16 de marzo de 2001, cuando siendo ministro de Economía comunicó un recorte en el gasto de educación para salvar la convertibilidad. Era el gobierno de Fernando de la Rúa.

Clarín publicó al día siguiente una foto con el gesto adusto del ministro. No haría falta explicar nunca más el por qué de su apodo, bulldog.

López Murphy habló aquel día con tono enérgico durante 20 minutos, suficientes para anunciar una reducción del gasto público que contemplaba recortes por US$ 1.962 millones ese año, US$ 2.485 millones en 2002 y que tres ministros renunciaran en señal de protesta con las medidas.

¿Pero quién prestaba atención a los números, a los detalles sobre los gastos tributarios si lo que atraía eran la mandíbula y el bigote del ministro? En ese plano estaba la tensión de la persona pero también del momento.

“Fue difícil. Quizá más grave si se tiene en cuenta que el Gobierno no lo percibía de igual modo -reconoce hoy el ex ministro, ahora diputado-; la realidad del problema no estaba tanto en el nivel del gasto público sino en que los precios de la Argentina se habían reducido dramáticamente, producto del shock de la crisis asiática, la devaluación de Brasil y el cierre de los mercados. Y como el tipo de cambio no flotaba, había que deflacionar precios y salarios. ¿Si la foto de Clarín me perjudicó? Tengo indulgencia y benevolencia con el periodismo. Si usted tiene una buena foto no creo que el diario se libere de ella. Es justo”.

A López Murphy lo había llamado días antes De la Rúa mientras estaba en París en una gira como ministro de Defensa.

“Tenés que venir”, le dijo el Presidente.

“OK, pero desde ya te digo que no acepto. Hoy no hay avión, regreso mañana”.

El domingo, en Olivos, López Murphy le explicó a De la Rúa que él no servía como ministro porque tenía a la UCR en contra.

“Si no aceptás, mañana los mercados nos hacen pelota”, le dijo De la Rúa.

El economista aceptó y el primer día la Bolsa subió 8% y el riesgo país bajó 100 puntos.

Uno de los primeros encuentros que tuvo López Murphy fue con quien había ocupado su lugar horas antes, José Luis Machinea. Eran viejos amigos. El ex subió hasta el quinto piso del ministerio a buscar carpetas, fotos y papeles que habían quedado ahí. Pidieron un café y se pusieron a conversar. López Murphy le adelantó el programa.

“Ricardo, para hacer esto en este Gabinete vas a tener que hacer de político —le dijo Machinea—, no pensés que Fernando va a negociar algo de esto que vos anunciarás”.

Machinea trató de convencerlo de que no aplicara el recorte, que su propia imagen de economista recontraortodoxo era suficiente para transmitir credibilidad a los mercados y entonces bajarían las tasas de interés.

Horas antes López Murphy convocó a un encuentro en el Ministerio de Economía, donde reunió a unos veinte economistas .

“¿60% de ajuste en educación?”, leyó en voz alta el economista Juan Carlos De Pablo delante de todos. “Los van a matar”.

Raúl Cuello dijo que el plan era “duro y demasiado ambicioso”. José Luis Espert, en cambio, pidió un recorte mayor: “Esto de López Murphy es insuficiente”.

El plan era achicar el presupuesto de las universidades estatales US$ 361 millones en 2001 y US$ 541 en 2002. El ajuste en las partidas de educación equivalían a 0,6% del PBI, gran parte se reponía si el Congreso a cambio votaba una reducción de los gastos tributarios o algún otro recorte.

¿Cómo se compara aquel ajuste con el de Javier Milei actualmente?

Hoy los representantes de la educación pelean en tres frentes: ‘hacia atrás’, por la recomposición del gasto devengado en programas de la Secretaría de Educación que hasta septiembre registran 48% de atraso respecto al año pasado; ‘actualmente’, piden restituir el 0,14% del PBI de la Ley de Financiamiento Universitario; y ‘hacia adelante’, el proyecto de Presupuesto 2025 prevé gastos en transferencias corrientes a universidades nacionales en línea con la inflación esperada, según un trabajo de ACM.

Lo de López Murphy lucía desafiante por una cuestión macroeconómica: como Milei hoy, él pretendía enviar una señal fuerte de corrección fiscal a los mercados para bajar el riesgo país. Pero su propuesta consistía en una reducción nominal del gasto y no como la de La Libertad Avanza que no deja de ser un aumento de las partidas de educación aunque menor que la inflación. En 2001 la economía estaba en deflación y el Gobierno proponía bajar el nivel del gasto porque, para López Murphy, y como dijo en la conferencia de prensa de 2001, “salir de la Convertibilidad sería un error de proporciones impensables para la Argentina”, algo que vendría más tarde.

“A los 9 meses volamos por los aires”, recuerda hoy López Murphy.

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