Hubo mucha familia este jueves en el estadio Monumental para disfrutar de la goleada ante Chile. También para despedir a Fideo Di María, ídolo y ejemplo de muchos. Pero hubo, también, una imagen que significó un trofeo más grande que la Copa América que se paseó de mano en mano durante el festejo post triunfo 3-0.
En el inicio de la vuelta olímpica de los jugadores, con los fuegos artificiales resonando, Dibu Martínez -antes de repetir su gesto adolescente que volvió locos a los hinchas- rompió filas y se acercó a la platea baja cautivado por un cartel.
Se sacó su camiseta verde cábala y decidió regalársela a Miqueas. Este pequeño, que llegó desde Boulogne, fue la envidia de un montón de gente que vio a través de la televisión cómo el Dibu le cumplía un sueño. «Tenía ganas de ponerme a llorar», le confesó a Clarín el nene, que comparte la pasión por el arco con el marplatense, que esta semana cumplió 32 años.
Javier, su padrastro, fue el que empujó al muchacho a jugársela en el momento de la vuelta olímpica. «Le dije, Mique, subita a caballito a ver si ve el cartel», le propuso a su hijastro, que había escrito en una cartulina blanca el pedido para Emiliano Martínez.
«Dibu, hoy es mi cumple, ¿me regalás una foto?», le preguntaba en el mensaje escrito con un fibrón negro. El arquero campeón del mundo y bicampeón de la Copa América fue un paso más adelante, se sacó la camiseta mientras caminaba hasta ese sector de la platea y le pidió a un efectivo de seguridad que se la alcanzara.