La música urbana es un fenómeno que rompe fronteras y realza algo que antes era inusual: existen artistas que llegan a la fama mundial de manera inmediata, llenado estadios o consiguiendo millones de views en las plataformas digitales donde yacen sus propuestas musicales.
El caso del dúo Bardero$, conformado por dos raperos-traperos de la Patagonia, Lucas (34), alias Homer El Mero Mero, y Tomás (26), alias C.R.O., podría parecer insólito, pero la perseverancia del dueto lo hizo real.
Bardero$ lanzó hace poco su nuevo álbum «Ahora es religión». Foto Juano Tesone Pese a la diferencia de edad entre ambos, se conocieron en Batallas de Gallos en una plaza de la capital neuquina, después llegaron las coincidencias, la unión fraternal y profesional para luego vivenciar sus sueños, que pronto fueron realidad.
Los comienzos
Es una tarde de intenso frio invernal en Ciudad de Buenos Aires. En el séptimo piso de una enorme torre palermitana está la oficina de la productora del dúo. De pronto, los artistas bajan de un entrepiso, se sientan en un sofá y comienza un ida y vuelta: preguntas, respuestas y repreguntas.
Se muestran un poco tímidos al momento de hablar sobre sí mismos, pero con el correr de los minutos empiezan a soltarse y a narrar sus fascinantes vivencias.
El dúo Bardero$: Homer El Mero Mero y C.R.O. Foto de prensa“Nos conocimos en una plaza de Neuquén, donde se hacían eventos de freestyle. Hemos competido muchísimas veces, porque nos topábamos en las finales de los certámenes”, toma la voz de mando Lucas.
Luego suma algo llamativo: “Como se competía por dinero, en cierto momento hicimos un pacto: triunfe quien triunfe de los dos en las finales, después dividiríamos la ganancia”.
El tiempo transcurrió y así sucedió una y otra vez, incluso cuando alguno de ellos cayó derrotado en algún certamen.
Tomás recupera una anécdota sobre una ocasión en que sucedió un traspié: “Me tocó perder una vez en octavos de final y él de igual manera repartió el dinero conmigo. Hasta que se realizó una convención con gente que vino de Buenos Aires y ahí hicimos nuestra primera canción juntos”.
-Pero, ¿cómo se produjo eso de que la unión hizo la fuerza?
“En cierto momento nos fuimos unos días a Las Grutas y estábamos en la playa bebiendo fernet, Gancia y vodka. Fue allí, frente al mar, que decidimos bautizarnos como Bardero$, principalmente porque lo éramos. Necesitábamos un nombre y enseguida lo conseguimos”, dicen.
Bardero$ logró triunfar en Argentina y el exterior. Foto Juano Tesone Desde temprana edad, las vidas personales de los dos fueron difíciles desde el plano económico: de clase media baja, el dinero siempre fue un inconveniente para subsistir. Sin embargo, ellos soñaban con un futuro próspero y creían plenamente en su capacidad dentro del rap, aunque vivieran en la Patagonia, lejos de Buenos Aires, donde se “cocina” el arte, por lo general.
“Éramos ‘joseadores’ (en jerga: los que se esfuerzan mucho). Yo vivía con mi padrastro y mi madre. Muy poca plata. No llegábamos a fin de mes. Aunque era feliz de otra forma”, analiza Tomás.
Mientras, Lucas lo observa con atención y luego detalla lo suyo: “En mi caso, viví en Cutral Co con mi madre y mi hermano que también forma parte de la banda nuestra, Lil Troca se llama. Era todo muy difícil”.
Toma aire, y prosigue, revisando su pasado: “Lo mío era mala yunta. Más allá de eso, trabajé en una empresa de mantenimientos o bien me movía en el trueque de ‘ciertos artículos’. Quería progresar, entonces aposté a la música e intentaba no despilfarrar lo poco que tenía. Quería ser músico”.
En el proceso de cambio abrupto de vida, Internet ocupó un rol valioso para que su música se difundiera por fuera de sus reiteradas giras iniciales por el sur patagónico.
“Fue muy importante para nosotros. ¡Imaginate lo lejos que estábamos de Capital! Sin embargo, subimos tres temas a la web y la gente se empezó a sumar. Al principio no nos dábamos cuenta lo que estaba sucediendo, recién sucedió cuando hicimos nuestro primer video”, resalta Tomás.
Asimismo, Lucas agrega su parte: “Cuando llegamos a Buenos Aires, conocimos a la mayoría del ambiente del trap y rap. Hablábamos también con otros pares a través de Instagram o Facebook. Solo hablábamos, no es que les pasábamos nuestra música. Íbamos a las fiestas de trap que se hacían en Paternal y en Palermo Groove”.
Rapear en Buenos Aires
Apenas arribaron a Buenos Aires, enseguida se instalaron y nada fue sencillo durante la primera época: para sobrevivir tuvieron que salir a la calle a rebuscárselas como artistas callejeros, a merced del peligro de la noche en la gran ciudad.
El dúo Bardero$: Homer El Mero Mero y C.R.O. Foto de prensa“Me puse a rapear en la calle y en los subtes. Por ese entonces, dormía en plazas de turno. Él, por ejemplo, cayó preso por una tontería, apenas llegamos”, cuenta Tomás y señala a Lucas, que retoma la palabra.
“Por suerte nunca nos pasó nada grave. Aunque no éramos de aquí, nos sabíamos manejar en la calle y no nos regalábamos. Yo me la pasaba comiendo súper panchos. O bien era siempre ir al Mc Donalds, con el dinero que recaudábamos en los subtes”.
En esos primeros meses en tierra porteña, los cantantes trabaron amistad con algunos colosos del ámbito del trap, a tal punto que luego llegaron presentaciones juntos, con el paso de los años.
Homer El Mero Mero y C.R.O. son los integrantes del exitoso dúo Bardero$: Foto de prensa“Al primero que conocimos personalmente fue a Neo Pistea, que siempre nos tiró la mejor. También llegué a vivir en La Mansión, el nombre de la casa de Duki. Yo lo acompañaba a todos los teatros y shows. Incluso estuve cuando hizo su primer Teatro Ópera”, narra Tomás.
Aunque aún no tenían donde vivir de manera estable, sucedió algo inédito que el menor de los raperos no pasa inadvertido.
“Como no tenía donde vivir, mi manager hizo algo que valoraré por siempre: empeñó su cadena de oro para poder alquilar un departamento para mí”.
El gesto que tuvieron en pandemia de tocar para recaudar fondos para los músicos fue la punta de lanza para todo lo que llegó después: el reconocimiento, el éxito, los teatros, los gloriosos viajes al exterior e incluso telonear a Duki en el estadio de River Plate.
“Lo de la época del Covid fue increíble, porque el show fue en el Casino de Puerto Madero, en modo Autocine. O sea, el público nos veía cantar desde sus autos. Una experiencia única para nosotros”, plantea Tomás.
Lucas, por su parte, rememora la experiencia de haber teloneado a Duki como “algo realmente muy fuerte, un desafío único”. Aunque aclara que no fue la primera vez que tocaron para una multitud. “Ya habíamos tocado en la Fiesta de la Manzana para 300 mil personas”, señala.
Shows en el exterior
A esta altura del camino, lo que mayor impacto generó en el dúo tuvo que ver con sus reiterados viajes al exterior. Es que el primer desafío de arribar a Buenos Aires lo vivieron con creces: en poco tiempo ya se consolidaron con fanáticos propios y mayor estabilidad económica.
“En tan solo dos años de haber arribado a Buenos Aires, enseguida salimos de viaje. En 2018 estuvimos en España y en México. Después fue lo de la pandemia. Estar en España, pisar suelo europeo, comer una tortilla de papas, algo impresionante”, remarca Lucas.
Y sigue: “Esas primeras veces tocamos para 100 personas en España y 50 en México. Y cuando regresamos en marzo pasado ya en Ciudad de México lo hicimos para 10 mil en el Pepsi Center”.
La portada del álbum «Ahora es religión», de Bardero$. Respecto a cuando se suben a un avión con destino internacional, las expectativas son las mismas de siempre para los dos: “Nos pinta llegar y recorrer la ciudad. Queremos conocer todo. Nos gusta relacionarnos con cada cultura del lugar. Nos relacionamos con colegas locales, hacemos colaboraciones, conversamos de música, pero nunca sobre política”, acota Tomás.
Sin embargo, las cuestiones sociales son una razón de ser en las letras de Bandido$. Por ejemplo, en su último trabajo discográfico, Ahora es religión, existen canciones donde hablan sobre historias de gangsters.
-¿Las canciones que escriben son noveladas o describen parte de sus vidas?
Lucas: -Algunas sí tienen que ver con nosotros, pero en su mayoría son historias del día a día de la Argentina de ahora. Nos basamos en el rap básico de siempre, el de protesta, un poco “gangsta”. Cuestiones propias y ajenas.
Tomás: -Siempre estamos dispuestos a sorprender a nuestra gente con ritmos nuevos, y siempre proponemos temas diferentes que a veces no son rap, más allá de que es nuestra columna vertebral. Nos vamos actualizando porque el público es muy exigente.
Rock, rap y trap
Sobre el debate abierto de que el rap y el trap es o no es el rock de estos tiempos, Tomás cuenta con una opinión formada.
“El rock es un estilo de vida. El trap y el rap también. Las vivencias son bastante similares: muchas situaciones en la calle. El trap es callejero como el rock. El rap es más ‘pesado’. A ver, el trap es una mezcla del rock y el rap”, plantea, toma aire y retoma: “Somos rockeros y mi mamá es rockera.Ella usa borcegos y en casa se escuchaba rock”.
A su vez, Lucas adhiere con el pensamiento de su coequiper y comparte un proyecto personal inédito: “Estoy haciendo un homenaje a Ricardo Iorio, un disco de ocho canciones versionadas. ¡Sin duda fue un grande!”.
En este sinfín de experimentación, los cantantes expresan que aún resta muchísimo más por explorar. Y se atreven a examinar el antes y el después en sus vidas, luego del reconocimiento popular juvenil.
“Nosotros arrancamos en la música sin tener nada de nada, mucho antes de pensar en generar dinero. Lo hicimos por amor a la música. Si volviera a nacer pobre, volvería a apostar por la música”, declara Tomás, con visible emoción.
Entretanto, su socio musical lo escucha con profunda atención y adiciona: “Ahora que nos va mejor, no nos olvidamos de nuestras familias. Todos los meses les enviamos dinero. Y solemos pagarles los pasajes para que vengan a visitarnos a menudo. No nos olvidamos de dónde venimos”.
-¿Qué sueñan para el futuro?
Lucas: -En principio, que sea una gran presentación la de nuestro disco en el Buenos Aires Trap a fin de año (7 y 8 de diciembre en el Parque de la Ciudad). Hace mucho que no nos presentamos. Los dos tenemos nuestras carreras solistas, pero juntos hace rato que no subimos a un escenario aquí.
Tomás: -Además de presentar nuestro último trabajo, en lo personal deseo mantenerme con salud, vivir muchos años y disfrutar intensamente mi carrera. También, conocer muchos más países y que mi familia esté muy bien. Con eso me basta y me sobra.