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Con vacaciones o sin ellas, diez lecturas, novedosas o clásicas, que valen la pena para distintas edades

La paciencia del agua sobre cada piedra, De Alejandra Kamiya

Clásico del futuro, esta colección de cuentos, algunos muy breves, de la escritora argentina lleva ya siete ediciones, o más, desde su aparición en febrero 2023. Una merecida llegada a los lectores, o al revés: textos de una belleza que los lectores merecen. Hay una generosidad, una búsqueda de producir placer en el que abra sus páginas, que late fuerte entre estas historias, en las que la imaginación más volada se da la mano con lo cotidiano.

Un día en la vida de una mujer que convive con un mono (y pasan cosas). Dos perros conversan sobre la vida durante las salidas a la plaza con la paseadora. Un hombre arma una casa para las garzas que le gustan a la mujer que ama. Otra mujer evoca a los perros que la acompañaron cuando se plantea la posibilidad de adoptar uno. Como en Animales, las hermosas crónicas literarias de Hebe Uhart, muchos de estos relatos están atravesados por personajes no humanos con absoluta naturalidad.

Pero más allá de las tramas y las ideas, que hay muchas, es la escritura increíble, la magnífica prosa poética de Kamiya lo que deslumbra. No hay un párrafo que no tenga una frase memorable, una idea original alucinante, una precisión inspiradora. Se puede abrir en cualquier página y ahí está. Va como ejemplo aleatorio, porque elegir es imposible: “Y como el silencio que viene después de las fiestas, así era el silencio en el casco de San Ceferino, con ruidos pequeños: el crujir de la cama de Renata cuando se levantaba, el gallo, el agua hirviendo en el fuego, los pájaros, el peine que apoyaba Renata en la cómoda después de atarse el pelo, el mate siempre, a veces el viento. En verano, las chicharras. Después, durante el día, el ruido de la escoba, de los cubiertos, de las tijeras, del agua corriendo. Algunas noches, los perros, los de la casa en contrapunto con los perros que estaban lejos y tal vez ni existían”.

La paciencia del agua sobre cada piedra, de Alejandra Kamiya

La paciencia del agua sobre cada piedra, de Alejandra Kamiya

El infinito en un junco, de Irene Vallejo

Que un largo ensayo de una filóloga aragonesa sobre la historia del libro se haya convertido en un best seller en tiempos de stories habla bien de todo. Para empezar, claro, del trabajo de Irene Vallejo, que en El infinito en un junco viaja cinco mil años atrás para contarnos la historia de un junco con potencial de convertirse en algo que los egipcios llamaron papiro. Desde allí hasta hoy, su trabajo da cuenta de una fascinante historia colectiva que atraviesa los tiempos. Que es un poco la fascinante historia de quienes somos: una especie contadora de historias.

Si su vistazo a siglos de historia del libro es tan atrapante, y está tan lejos del mamotreto enciclopédico, es porque se propuso, y logró, sacarlo del academicismo, abriendo las ventanas de su narrativa a las anécdotas personales, las historias más increíbles y hasta el humor. Entre el libro de historia y el ensayo duro, puede tomárselo también como libro de viajes, pues nos lleva a los campos de Grecia, a Alejandría, a los palacios de Cleopatria. A las hogueras de los libros que ardieron, prohibidos, hasta el presente que muchos vaticinaron como la muerte del libro.

Baumgartner, de Paul Auster

En su novela póstuma, Paul Auster hace un amoroso repaso de su vida mirando hacia su muerte, con un personaje que se propone escribir un libro contando sus cosas, cajas dentro de cajas. Es Baumgartner, profesor de literatura golpeado por la muerte repentina, en un accidente terrible, de su amada esposa Ana. Pasaron nueve años, pero el dolor está intacto, a pesar de que el hombre hace de su rutina un pequeño descubrimiento, hecho de recuerdos vívidos y vida cotidiana. Pasado y presente entremezclándose al punto de que se permite entrar en una nueva relación, abrirse a lo que se había cerrado. A la vez, junto a una estudiante (otro libro dentro de libro), se meterá con los escritos de Ana, descubriendo aspectos desconocidos del amor de su vida que echarán luz sobre los significados de su presente crepuscular.

Tierno, llano, amable, Baumgartner construye, con un personaje entrañable y cercano, una especie de tratado sobre las formas del amor en las distintas etapas de la vida, afrontando el dolor y el miedo (a vivir) sin perder nunca la calidez y la humanidad. Acaso, una novela sobre el poder de la memoria. De lo que queda. De los recuerdos que nos llevan a ser quienes somos, en el aquí y ahora.

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En el futuro seremos un objeto retro, de Cris Zurutuza

Conurbano, provincia de Buenos Aires, crecer en los ochenta y noventa, la noche, las iniciaciones. Y sobre todo, las buenas historias, plagadas de personajes extravagantes con los que nos cruzamos todos los días. En su segundo libro después de la novela La vida láctea, Cris Zurutuza, bien conocida en el ambiente cultural por su trabajo como divulgadora y prensa de cine independiente, sorprende con estos relatos redondos. Lo entrañable y lo salvaje se cruzan bajo su mirada, que evita juzgar y tiene para todos una mirada humana. Desde un crítico de cine malicioso y anacrónico a un chico un poco emo amigo de las contravenciones, a un suegro que anda con la escopeta tirando a los perros.

Con vacaciones o sin ellas, diez lecturas, novedosas o clásicas, que valen la pena para distintas edades

Por: Picasa

Hay estancieras, soda de sifón como la de la preciosa tapa (con el nombre de la autora, nieta de sodero, estampado en el vidrio) y muchas localidades familiares para muchos lectores. Un mundo cercano que se revela a través de estas historias que Zurutuza escuchó, tomó y escribió, pero sin nostalgia ni mucho menos solemnidades. Con una transparencia que también nos acerca a su voz. Y con un sentido del humor que aflora en todas ellas. En el futuro seremos un objeto retro, titulazo para un delicioso libro de cuentos, transmite desde el primer relato la sensación de que la autora se divirtió narrándolos. Y ahora nosotros con ella.

Drácula, de Bram Stoker

El 26 de mayo se celebró como cada año el día de Drácula, uno de los personajes literarios que más películas generó y sigue generando. La novela del irlandés Bram Stoker se publicó en esa fecha de 1897, y tuvo una mala acogida entre una crítica que buscó en ella las transgresiones esperables. “Espero que los horrores y terrores de la novela sirvan para purificar la mente por medio de la comprensión y el terror”, escribió Stoker justificándose en el lanzamiento de su historia, inspirada en el conde Vlad Tepes o Vlad Dracula, de Transilvania. Claro, en la Inglaterra todavía en la era victoriana, el tema de las satisfacciones de los deseos carnales era un problema, más aún una novela que sacudía la noción de autoconfianza masculina, aún cuando ya hacía tiempo que la imagen del vampiro que se tragaba a sus víctimas estaba presente en pinturas y poemas.

Drácula, de Bram Stoker

Drácula, de Bram Stoker

Stoker había sido funcionario de multas, de un tribunal de delitos menores, y era secretario de taquilla del teatro Lyceum. Un hombre práctico y respetable al que una pesadilla, o ataque de miedo, llevó a escribir el manuscrito de “El no muerto”, que a último momento cambió por Drácula, según cuenta la leyenda. El escritor llegó a aprobar la primera tapa de su novela, pero murió, en 1912, sin posibilidad de imaginar que su creación se convertiría en un clásico literario que se reedita en todos los países con un personaje cuyo rostro cuesta separar del de Bela Lugosi, Chirstopher Lee o Gary Oldman. El cine, el mito popular, echaron un manto de distancia sobre la cración literaria. Por eso valen los pretextos de un nuevo aniversario, y el tiempo extra que pueden deparar acaso unas vacaciones, para “escuchar” a Jonathan Harker, en su viaje a Transilvania, donde debe firmar la venta de unas propiedades con un conde misterioso que vive en un castillo en ruinas. Un relato que lleva al lector de cabeza a la historia que alumbró a uno de los mitos más poderosos de todos los tiempos. Bajo la forma de un “hombre alto y flaco, de nariz ganchuda y barba en punta y entrecana que tenía una mirada dura y fría y unos ojos de color rojo”.

Drácula y Poe, para chicos

Y hablando del conde colmilludo, Unaluna está lanzando una colección preciosa de libros que se ubican en la transición de chicos y jóvenes, pensada para 8 a 10 años en adelante. Son, claro, clásicos, ilustrados por artistas argentinos e internacionales. Una adaptación del Dracula de Bram Stoker y una de El escarabajo de oro, de Edgar Allan Poe, además de “El corazón delator” y otras historias, de Poe, ilustrado por Poly Bernatene. Hay otros títulos, todos presentes, como los de las otras editoriales del sector, en la oportuna Feria del Libro Infantil y Juvenil, que sigue hasta el domingo 28 de julio en Sarmiento 151, con entrada libre y gratuita. ¡Vayan! Es un planazo.

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El chiste de leer, de Luis Pescetti

La prestigiosa Siglo XXI, especializada en ensayo y ciencias sociales, lanzó este año su colección infantil juvenil, Siglo para chicos. El chiste de leer, de Luis Pescetti, el autor de Natacha, es, como dice su presentación, un buen plan para chicos que están entrando al mundo de las letras, ese momento único, y prefieren hacerlo divirtiéndose, con una sonrisa. Pensado para leerse a solas, de a dos o entre muchos, un despliegue de la inventiva y la creatividad del gran Pescetti: hay chistes, poemas, diálogos y acertijos pensados para leer en voz alta, actuar, adivinar y matarse de risa. Propone juegos con los sonidos y los sentidos de las palabras, para enseñar y aprender pasandolo bomba.

El chiste de leer, de Luis Pescetti

El chiste de leer, de Luis Pescetti

Curiosidad extrema, de Melina Furman

Experimentos para entrenar los superpoderes de tu cerebro. Es lo que propone este libro ilustrado para chicos, ideal tanto para los que están de vacaciones como los que no. ¿Por qué? Porque este libro de la bióloga e investigadora del CONICET responde a las preguntas de cómo funciona el cerebro, qué superpoderes tiene, ¿lo usamos sin darnos cuenta? Para todos los que se hicieron estas preguntas y quieren las respuestas ya. Se trata de diez experimentos que invitan a investigar, anotar, probar y comparar los resultados. También, a pensar nuevas preguntas y a seguir alucinando con las infinitas capacidades de nuestro cerebro. Porque hay superpoderes de los Avengers, y están también las formas de entrenar nuestros sentidos, memoria y creatividad para que los utilicemos y mejoremos cada día.

Para hechizar a un cazador, de Luciano Lamberti

Esta novela de terror sin concesiones, ganadora del último Premio Clarín, será la envidia de Stephen King cuando la lea traducida. Las barbaridades de la última dictadura, secuestro, violencia, tortura, robo de bebés, son el colchón sobre el que Lamberti reparte sus ingredientes. En una primera persona que cambia de posta, y se multiplica en sus personajes sucesivos, en torno al asesinato de un hijo único y querido de un matrimonio poderoso de un pueblo de provincias que no está dispuesto a resignar a la pérdida.

Con vacaciones o sin ellas, diez lecturas, novedosas o clásicas, que valen la pena para distintas edades

Es además la historia de Julia, hija apropiada que descubre su verdadera identidad como quien empieza a soñar una pesadilla. Así de transgresor es el planteo de algunas cuestiones que pegan en discursos establecidos, pero Lamberti se propuso construir un relato que diera miedo en serio, como contó a este medio. Y con esta novela que se lee de parado, lo logró.

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La amiga estupenda, de Elena Ferrante

Si el New York Times lo ubicó en el primer puesto en el top 100 de mejores libros de lo que va del siglo, consultando a decenas de críticos, académicos, escritores, editores, muchos deben haber sentido el llamado final para leer de una vez, si no lo habían hecho, La amiga estupenda (L’amica geniale) de Elena Ferrante. Best seller anónima (firma con seudónimo), de 81 años, que no sale de gira promocional ni vende sus novedades, debutó en 1992 pero fue con esta novela, de 2011, que se convirtió en un fenómeno entre los lectores. Forma parte -es la primera- de una saga, Dos amigas, que componen Un mal nombre, Las deudas del cuerpo y La niña perdida.

Con vacaciones o sin ellas, diez lecturas, novedosas o clásicas, que valen la pena para distintas edades

Es la inauguración de la historia de dos mujeres, Lenú y Lila, oriundas de las periferias de Nápoles, a mediados del siglo pasado, y su amistad. Con millones de lectores, ya fue adaptada para la televisión. Lo que se dice, la clásica lectura pendiente de las vacaciones, para ponerse al día.

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