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El albañil que llevaba a sus amigos y se salvó de milagro en la persecución: «Esos delincuentes arruinaron 6 familias»

Ángel Luis Machuca deambula cabizbajo por los pasillos del Hospital Simplemente Evita de González Catán. Por momentos sus ojos se llenan de lágrimas y por otros se recompone y acompaña a los familiares de Brian Acuña, el joven que aún continúa internado tras las secuelas que le dejó el trágico accidente. Angel manejaba el Volkswagen Golf en el que seis albañiles volvían de trabajar cuando los impactó un auto robado. Tres murieron, dos están internados con heridas graves y Machuca es el único que salió ileso, solo con golpes.

Machuca encuentra calma en la capilla del hospital y sale a hablar con Clarín. «Esos delincuentes arruinaron seis familias. Además de los tres que fallecieron, quedamos tres destruidos porque esto nos va a marcar la vida a todos. No vamos a volver a ser los mismos de antes», dice llevando sus manos a su cara mientras comienza a llorar con desesperación.

El raid delictivo comenzó en Morón. Con un Volkswagen Suran, que todavía no se determinó si había sido robado previamente, los delincuentes robaron un Citroën C3. Llegó el alerta a la Comisaría 4ta de Morón y comenzó una persecución con dos patrulleros y un Volkswagen Fox sin plotear del servicio externo de esa seccional policial. Los delincuentes robaron en ese interín un Chevrolet Prisma, que fue el que finalmente chocó al Golf que manejaba Machuca en la esquina de Andalgalá y F. Beazley, del barrio Los Pinos.

Ángel relata a Clarín esa secuencia de terror, desde su perspectiva: «Abro la puerta, me tiró y ellos no reaccionan. Ninguno. Estaban todos golpeados. Los fui bajando de a uno. Primero Juan, después Mati, después Agustín. Ale falleció ahí nomás».

Antes de ser identificado como una de las víctimas del episodio, Machuca recuerda que un policía se acercó a él apuntándole con el arma reglamentaria. «Yo les decía: ¡Es el otro auto! Ahí vi cómo 3 o 4 policías detenían a uno de los delincuentes», apunta.

El choque fatal en La Matanza luego de que ladrones robaran dos autos en la localidad de Villa Luzuriaga,El choque fatal en La Matanza luego de que ladrones robaran dos autos en la localidad de Villa Luzuriaga,Por el choque tras la persecución fallecieron Agustín Gómez, Matías Maldonado y Alejandro Payé. Además de Ángel, sufrieron heridas de consideración Juan Maldonado (32) y Brian Acuña (31).

Hace tres meses, los seis trabajaban como albañiles en una obra de departamentos en Villa Luzuriaga. Ángel le había avisado de esa changa al resto, que poco a poco se fueron sumando.

Todos son conocidos del barrio y del colegio. «Con Alejandro nosotros íbamos juntos a la escuela, nos conocemos desde ahí. Con Matías y Juanma nos conocemos de chicos, éramos amigos de barrio. Y Agustín era el cuñado de Juanma, que había arrancado a trabajar con nosotros hace poco, no teníamos relación, pero cuando se sumó se integró muy rápido al grupo. Brian es mi cuñado, mi compadre y soy el padrino de uno de sus hijos«, explica.

Las tres víctimas fatales del choque en Villa Luzuriaga, tras ser impactados por un auto robado.Las tres víctimas fatales del choque en Villa Luzuriaga, tras ser impactados por un auto robado.La rutina era la misma todos los días. A las 6.30, Ángel pasaba a buscar a los cinco por una Axion de González Catán, ubicada en José León Larre 806, y de ahí se iban a la construcción. El regreso era a las 17: una hora después llegaban a la misma estación de servicio, y ahí cada uno retomaba su camino hasta su casa.

«Yo siempre estoy con ellos todos los días. Nos volvíamos riendo. Brian estaba haciendo los mates. Ale venía conmigo adelante en el lugar del acompañante. Brian iba atrás, a la misma altura que el acompañante, con Agustín, Mati y Juanma. Ale y Brian fueron los que más sufrieron el golpe. Veníamos haciendo chistes y organizando que mañana íbamos a hacer pechito de cerdo en la obra. Estábamos haciendo chistes porque Ale estaba resfriado y lo molestabamos», recuerda Ángel.

«Todos son laburantes, con ganas de laburar, de progresar», agrega el hombre, hablando de todos en presenta. Cada uno tenía proyectos por cumplir. Matías estaba haciendo su casa: de hecho, Ángel le había conseguido una puerta y una ventana para poder instalarlas el sábado.

Alejandro había sido papá hace algunos días e iban a ir todos a sacar las medidas el domingo para comprar el techo de la casa. «Son todos pibes jóvenes. Todos tienen su familia. Si perdían un día de laburo, querían laburar el sábado o el domingo para recuperar su día y para poder vivir bien. Esta situación nos destruyó a todos. Que se haga justicia», dijo al terminar.

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