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Esto es lo que te puede pasar si destruyes un nido de golondrina (y de otras aves)

El calor extremo de los últimos días (y el que se espera para este verano) y la consiguiente falta de lluvias en pleno inicio de la temporada de cría de las aves amenaza el éxito reproductor de las poblaciones de distintas especies que utilizan el barro para construir sus nidos, como los aviones o las golondrinas. A ello se une la cada vez mayor destrucción de estos elementos durante obras de reforma o rehabilitación de edificios, que no tienen en cuenta la importancia de los nidos. Y ello, a pesar de que su destrucción (incluso estando vacíos) está penado por la ley con fuertes multas.

“Cada nido de golondrina o avión está realizado a base de pequeños bocaditos de barro transportados en el pico de los afanados padres. Estas aves toman un pedacito de barro, lo “mastican” bien para homogeneizarlo y expulsar las bolsas de aire que pueda contener y lo depositan cuidadosamente en el nido en construcción”, explica Luis Martínez, técnico de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife).

5.000 vuelos para un nido

La cantidad de barro que pueden transportar en su pico es muy limitada y un nido completo de avión común puede requerir más de 2.500 bocados de barro, o lo que es lo mismo, la pareja puede realizar más de 5.000 viajes entre el lugar en el que consiguen el barro y el lugar de construcción del nido durante las dos semanas dedicadas a concluir la obra.

Avión común en su nido

Avión común en su nido / Shutterstock

El nido va siendo mantenido y reparado por la pareja que lo ocupa y suelen emplearlo a lo largo de los años.

La ONG advierte de que, en un escenario en el cada año se destruyen cientos de nidos de estas especies, la falta de barro para rehacer los nidos agrava la situación dificultando su ciclo reproductivo.

Lo que dice la ley

La destrucción de nidos de aves protegidas, tanto con crías como vacíos, se considera una infracción grave tanto por la legislación nacional como la europea y el acusado puede enfrentarse a una multa que oscilaría entre los 5.001 y los 200.000 euros.

La ley 42/2007 de patrimonio natural y biodiversidad establece literalmente: “Queda prohibido dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres, sea cual fuere el método empleado o la fase de su ciclo biológico. Esta prohibición incluye su retención y captura en vivo, la destrucción, daño, recolección y retención de sus nidos, de sus crías o de sus huevos, estos últimos aun estando vacíos, así como la posesión, transporte, tráfico y comercio de ejemplares vivos o muertos o de sus restos, incluyendo el comercio exterior”.

Por tanto, no está permitido, ni a los inquilinos ni a los propietarios de viviendas, retirar los nidos de las aves protegidas, como son golondrinas o vencejos, especialmente ahora que inician la puesta de huevos y la cría de sus polluelos, antes de regresar a África en un viaje de varios miles de kilómetros.

Una golondrina con un bocadito de barro

Una golondrina con un bocadito de barro / SEO

La importancia de las golondrinas, vencejos, aviones y otras aves insectívoras radica en la gran cantidad de insectos que consumen a diario y que permiten mantener a raya numerosas plagas agrícolas. Sin esta ingesta masiva de insectos, los daños para la agricultura podrían multiplicarse, por lo que estas aves son consideradas indispensables para la protección de los cultivos y la propia seguridad alimentaria.

Cualquier persona que sea testigo de la destrucción de nidos puede interponer la correspondiente denuncia ante el Servicio para la Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA AYUDAR A LAS AVES FRENTE AL CALOR?

Como sucede con las personas, el calor somete a las aves a un gran estrés fisiológico. Para afrontarlo necesitan fuentes de agua donde beber para rehidratar su organismo y en las que poder darse baños refrescantes. El gesto más sencillo para ayudar a las aves a hacer frente al calor es facilitarles agua en ventanas, terrazas o jardines, en un recipiente adecuado y accesible para ellas, como un simple plato de maceta.

Para paliar la escasez de barro para que los aviones y las golondrinas construyan sus nidos, se pueden habilitar enclaves con barrizales adecuados donde puedan recoger el barro que necesitan para formar la estructura del nido, intentando que sea lo más cerca posible a las zonas de nidificación para evitar una pérdida excesiva de energía en los trayectos para el transporte del material.

El agua es un recurso cada vez más escaso en general y, en los entornos urbanos, pese a que existen numerosos puntos de agua, muchas veces son de difícil acceso para las aves.

 “En general, si las administraciones públicas tuvieran en cuenta la biodiversidad en el diseño y en la gestión del espacio urbano, este sería mucho más amigable para la fauna y también para las personas. Por sus características y la escasez de barreras naturales para amortiguarlos, las ciudades son especialmente vulnerables a los efectos de la emergencia climática, como las olas de calor”, asegura Beatriz Sánchez del programa de Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife.

“Está sobradamente demostrado que las soluciones basadas en la naturaleza (SbN), son más eficientes y económicas que las tradicionales para combatir estos efectos. Por ejemplo, el arbolado urbano puede ayudar a enfriar el aire entre 2 y 8 grados, reduciendo así el efecto de «isla de calor”, recuerda Sánchez.

Contacto de la sección de Medio Ambiente: [email protected]

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