Una dieta saludable durante el embarazo tiene mucha más importancia de la que se creía hasta ahora, ya que un estudio reciente apunta que está asociada con menor probabilidad de que los niños o niñas tengan un diagnóstico de autismo o dificultades de comunicación. El equipo de investigación de este análisis (“Healthy Prenatal Dietary Pattern and Offspring Autism”), que se publica en la revista científica “JAMA Network Open”, ha reunido los datos de más de 96.000 parejas madre-hijo en Inglaterra y Noruega.
“En el artículo se aborda la complejidad de las causas del autismo, las cuales no están del todo claras, lo que convierte este campo en un área de investigación constante. Sin embargo, se reconoce que su etiología es multifactorial, involucrando factores biológicos y ambientales, entre los cuales se encuentra la dieta. Estos factores de riesgo ambientales inciden principalmente en el período prenatal y perinatal”, valora María M. Morales Suárez-Varela, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universitat de Valencia, en declaraciones a SMC.
“Trastornos metabólicos de la madre como la diabetes, el consumo de tóxicos, la exposición a contaminantes ambientales y déficits nutricionales durante el embarazo, así como la prematuridad del niño, bajo peso al nacer y complicaciones en el parto, se han asociado con el desarrollo del autismo”, prosigue. “Uno de los motivos que justifican la falta de conocimientos sobre este tema es la baja prevalencia del espectro autista, estimada entre el 1 y el 2% de la población general, lo que dificulta enormemente la realización de investigaciones sobre este colectivo”.
De este modo, este estudio investiga la asociación de la dieta prenatal de la madre con el diagnóstico de autismo. “Se basa en dos grandes cohortes de seguimiento de madres en Noruega y en Inglaterra: la cohorte Norwegian Mother, Father, and Child durante el período de 2002 a 2008, con 84.548 mujeres embarazadas y sus bebés, y el Avon Longitudinal Study of Parents and Children (ALSPAC), durante la década de los 90, con 11.670 parejas de mujeres embarazadas y sus bebés”.
En él, se valora la ingesta y el patrón dietético mediante un sistema de control de la frecuencia alimentaria, y se realiza un seguimiento del estado de salud de los niños. “Los autores identifican que entre las madres con un patrón dietético más saludable se reduce la frecuencia de autismo en los niños”, interpreta la catedrática. “Además, los niños nacidos de madres con alta adherencia a una dieta saludable presentan menos problemas de comunicación a los tres y ocho años”.
Reducción del 22%
“Aunque estudios previos han investigado la relación entre dieta y autismo, ninguno ha contado con un tamaño de muestra tan significativo y una recolección de datos tan meticulosa que incluya tanta información respecto a los padres. La novedad principal de este estudio es que identifica una reducción del 22 por ciento en el diagnóstico de autismo entre las madres que siguieron una dieta saludable durante el embarazo, siendo este el dato más sobresaliente del trabajo”, expone María M. Morales.
Entre las limitaciones del estudio, Morales destaca “la posibilidad de factores de confusión debido a la etiología multifactorial del autismo”. “Además, no se han considerado los factores genéticos, lo cual podría ser necesario en futuras investigaciones. También se debe tener en cuenta la complejidad de evaluar los patrones dietéticos que evolucionan con el tiempo”, recuerda la investigadora.